COPA DEL REY 8º´s 2009/10, vuelta | ATLÉTICO 5-1 Recre.- De la tormenta de Huelva a un paisaje idílico

COPA DEL REY | EL CELTA, PRÓXIMO RIVAL ROJIBLANCO

De la tormenta de Huelva a un paisaje idílico

MADRID.- De la tormenta áspera, inclemente, del 6 de enero en Huelva, cuando a
Quique Sánchez Flores se le desató la lengua y la estampó contra sus futbolistas,
que acababan de perpetrar un espantoso ridículo ante el Recreativo, parece que
nació una esperanza en este Atlético inestable. En los últimos seis días ha marcado
nueve goles y ha podido rescatar, con esfuerzo supremo, una eliminatoria de Copa
del Rey que había sido arrojada al arroyo en la ida frente a un equipo de Segunda.



Pero lo mejor para los rojiblancos, si no vuelven a caer en la desidia infinita de Huelva,
está por llegar. El panorama de la Copa del Rey se vislumbra idílicamente despejado
para los del Manzanares hasta una hipotética final. El recorrido le enfrentará en cuartos
(20-27 de enero) a otro 'Segunda', el Celta; después, si alcanza las semifinales,
al vencedor de una eliminatoria Osasuna-Racing (3-10 de febrero). Pocas veces se
le presenta a un equipo que se llama grande una oportunidad
tan franca de llegar a la estación final y luchar por un título.

La última vez que el Atlético apareció en el partido decisivo por la Copa del Rey fue
hace 10 años, en 2000 y se le escapó la victoria frente al Espanyol, como un año antes
le había ocurrido en la final contra el Valencia. Desde entonces, el Atlético ha malvivido
en Segunda y Primera División y no ha terminado de reencontrarse
con su historia de 'grande' en este tramo del siglo XXI.



El último título, en 1996, clausuró la temporada de la abundancia, la del 'doblete'. La última
gran alegría de una afición que ayer creía en el milagro ante el 'Decano' onubense, una
vez escurrida la rabia por el ridículo de Huelva e iluminada la
ilusión con la goleada del sábado en Valladolid.

Ni dos canales transmitiendo en directo el partido en Madrid impidieron que más de
25.000 hinchas rugieran de noche con los goles de Agüero y Simao, celebraran la
redención de Ujfalusi, temblaran de pavor por las intervenciones de Perea y Assunçao,
contuvieran el aliento ante las paradas del joven De Gea o se sintieran tanto en el cielo
como en el infierno en la ruleta rusa del último cuarto de hora.
Fue un partido, pues, para atléticos del más selecto pedigrí.

F. LLAMAS 15/01/2010