22ª Jor. Liga 2009/10 - ATLETI 2-1 Barça.- El Atlético enseña a perder al Barça

ATLÉTICO DE MADRID 2 - BARCELONA 1

Atlético de Madrid
De Gea; Ujfalusi, Perea, Domínguez, Antonio López; Simão, Tiago,
Assunção, Reyes (Valera, m. 87); Agüero (Ibrahima, m. 92)
y Forlán (Jurado, m. 82).
No utilizados: Asenjo; Juanito, Raúl García y Rubén Pérez.

Barcelona
Valdés; Jeffren (Bartra, m. 61), Puyol, Milito, Maxwell; Xavi (Bojan, m. 78),
Busquets, Keita (Pedro, m. 7); Messi, Ibrahimovic e Iniesta.
No utilizados: Pinto; Muniesa, Jonathan y Henry.

Goles
1-0. M. 8. Forlán, de duro disparo.
2-0. M. 22. Simão, de falta directa.
2-1. M. 26. Ibrahimovic, en el área pequeña.

Árbitro
Iturralde González.
Amonestó a Ibrahimovic, Busquets, Maxwell,
Tiago, Jeffren, Simão y Puyol.

Lleno, 60.000 espectadores, en el Calderón.



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El Atlético enseña a perder al Barça

Los Atlético-Barcelona o viceversa son como una lluvia fresca sobre el páramo de
una Liga reseca por tacticismos rancios. Ejercieron los dos equipos, con sus
defectos (más estructurales en los rojiblancos y circunstanciales en los azulgrana)
y sus virtudes, de libertadores fubolísticos y, una vez más, abiertos los canales
ofensivos y pactada la licencia para atacar, regalaron un intercambio
precioso de remates, desmarques, goles y paradas.



Fue más descaradamente bueno el primer tiempo, por la frescura del juego y la ausencia
de complejos. Sí, también por los goles: los tres del partido en los primeros 27 minutos:
Diego Forlán, Simao Sabrosa y Zlatan Ibrahimovic. Después del descanso, la energía
positiva del Atlético desintegró la voluntad barcelonista, que no dejó de manifestarse
hasta el último instante, aunque le faltaran fuerzas a los de Guardiola
para resistir los arreones de un adversario infatigable.
El líder se rompe por el centro

Pero de inicio no se escondieron ni el Barça acosado por las bajas, aún más tras la lesión
muscular de Keita a los tres minutos -un mes de enfermería- ni el Atlético, que venía
henchido al alcanzar una final de Copa tras 10 años de miserias.
Los dos dieron la cara y se la partió el líder.

Romper la virginidad del Barcelona de las seis copas, un suceso que debía llegar naturalmente,
entraba en los cálculos de Pep Guardiola. Elegante, sin oponer la excusa de una defensa en
la que sólo se sostenía Puyol, tiró adelante con lo que tenía. Y la cuerda no se le rompió por
ese lado más desgastado (Jeffren, Milito, Maxwell), sino en el centro del campo.



Iniesta empezó como delantero y a los seis minutos bajó al centro para suplir a Keita mientras
Pedro entraba para ocupar la plaza del tercer atacante. Xavi, oscurecido por Tiago, no encontró
los apoyos que le permitieran levantar la cabeza y dirigir como sabe mejor que nadie.
Ni él ni Busquets ni el manchego de Fuentealbilla

Enfrente, un Atlético muy unido en la salud y la enfermedad, rebañaba montañas de balones en
el centro del campo y lanzaba ráfagas cada vez más peligrosas contra la
portería de Valdés, el más perjudicado por la defensa de porcelana
resquebrajada que se trajo el Barça al Manzanares.

Rey de Reyes

Empezó a crecer José Antonio Reyes, en el partido de su vida reciente. El gol de Forlán, a los
nueve minutos, se gesta en la precisión del sevillano para enviarle alimento al uruguayo. Pero el
recital del utrerano continuó hasta el minuto 87, cuando lo reemplazó
Valera para arañarle tiempo al cronómetro del árbitro Iturralde.



La falta que Simao transforma en un 2-0 de soberbio golpeo a la escuadra se la había cobrado
un Kun Agüero espectacular como siempre, pero que salió con dos espinas clavadas. Se tornó
en disgusto su provervial acierto frente a las redes azulgrana en un par de ocasiones
en las que tomó, frente a Valdés, exactamente las decisiones equivocadas.

Sin esos errores del Kun, el Barcelona habría estado en el sendero de la rendición e incluso el
gol de Ibrahimovic a la salida de un córner (esa herida que el Atlético pretende cerrar) habría
sido un inútil adorno en un resultado escandaloso en contra del líder.

Esfuerzo mastodóntico

El Barcelona, además, se encontró con una defensa multiplicada por la solidaridad de todos los
demás. Perea, que sigue su línea ascendente, descolló como sombra de Ibrahimovic
y como baluarte de una de las zagas más vapuleadas del fútbol español.



El reciclaje moral de la caseta reintegró en el campo a un Barcelona inmerso en la tarea de la
remontada. Sin embargo, tras 10 minutos a todo gas en el área de David De Gea, volvió a
recular forzado por la inspiración de Reyes, el mastodóntico esfuerzo rojiblanco en la zona
central, Simao incluido, y los colmillos de Agüero y Forlán, que siempre
y en cualquier circunstancia aconsejan precaución.

El Atlético debería darse cuenta ya de que no es tan menor como aparenta. No puede jugar
en el mismo tablero que el Barcelona o el Madrid, a quien ha acortado a dos puntos su distancia
con la cima de la Liga. Sin embargo, puede aspirar en condiciones normales a ejercer un liderazgo
entre la clase media en lugar de merodear el umbral de la pobreza. Al finalizar la jornada
22 dormita a media tabla, a la misma distancia del descenso que de Europa: ocho puntos.
El dato señala la gran tarea pendiente acumulada en estos meses de despropósitos.


F. Llamas | Madrid 15/02/2010