Antonio 'Air' López

Antonio 'Air' López

Segundos antes de que Antonio López levantara la Copa en el Hamburg Stadium,
un chaval dos filas detrás mía comenzó a gritar desaforadamente. "Es de Benidorm".
"El que va a alzar la copa nació en Benidorm". De alguna
extraña forma compartí su reivindicación.

Benidorm, donde viven no más de 70.000 personas en invierno y cerca del millón
en verano, es una de las ciudades españolas que peor fama arrastran, que peor
salen paradas en televisión. Capital del horterismo, ciudad de vacaciones, es conocida
por ser el paraíso de los guiris, que se achicharran de día y se emborrachan de noche.

Benidorm es para muchos la antítesis de las vacaciones perfectas y un lugar donde
nadie se podría imaginar que pudiera salir un jugador profesional de fútbol. Y menos dos.

En la calle Ruzafa de la ciudad de los 'Pajines', la única del centro en sentido bajada hacia
la playa del Levante, hay un local a la izquierda chiquitito donde suelen acudir los parroquianos
a ver el fútbol. Hay varias pantallas de televisión, y fotos de los mejores deportistas
nacionales. Que si Seve, que si Nadal, que si Alonso, que si Antonio López.

¿Cómo? Rebobinemos. ¿Antonio López? Pues sí. Dos fotos dedicadas del lateral izquierdo
compiten por espacio con los grandes. "Dedicado a mis amigos de Ruzafa Sport",
reza una de ellas, una portada de la revista 'Forza Atleti' que califica al
lateral izquierdo, al capitán, como "el jefe de la banda".

Decía John Carlin el otro día, no sin falta de razón, que este Atlético es uno de los peores
Atléticos de los últimos años. Estoy de acuerdo parcialmente. Lo fue hasta que llegó Quique,
y el equipo, sin mejorar excesivamente su juego, pero sí tras ganar orgullo, tras recuperar las
ganas, rentabilizó los exiguos méritos que acumulaba hasta plantarse en dos finales.
Algo increíble para un equipo que semanas antes ya dábamos por muerto.

Dentro de una temporada irregular sólo ha habido un jugador que se mantuviera siempre al
mismo nivel, que no brillara casi nunca, pero fuera efectivo casi siempre: Antonio 'Air' Lopez,
apelativo que se ganó con dos sorprendentes goles de cabeza en el tramo final de la temporada.

Es López, cuyos padres tenían tiendas en Benidorm, como la mayoría de lugareños, el
Carlos Jiménez del fútbol. Un jugador en la sombra y un imprescindible. Mucho se habla
estos días de las gambetas del Kun, de las 'papas' de Forlán, de la electricidad recuperada
de Reyes, pero pocos hablan de la notable campaña del capitán, siempre apoyando a Simao
en ataque y a Assunçao o Perea en defensa, llegando casi siempre a tiempo con ese correr
desganado, como sin fuerza. Y ganándose así un sitio entre los grandes en el Ruzafa Sports,
como en su día también hizo otro bendormense ilustre, Guillermo Amor.

Roberto Bécares