Paraguay 0-0 Nueva Zelanda

A octavos como primera (0-0)

Paraguay aburre para seguir

Fue un partido horroroso. Unos por desidia -a Paraguay le valía el empate- y otros porque
no dan más de sí -Nueva Zelanda-, resulta que en el Peter Mobaka de Polokwane
se despachó uno de los peores partidos del Mundial, y eso que
hay muchos, demasiados, candidatos a ese trono.



Gloria para Paraguay, en octavos como primera de grupo, algo impensable con la campeona
del mundo en él, y triste adiós para Nueva Zelanda, un grupo que apenas puede presumir de
algo más que entusiasmo. Necesitaba la victoria y su delantero centro, Smeltz, se pasó la
mitad del partido en campo propio, intentando encontrar un balón que llevarse a la boca.

Paraguay, sabiendo además el resultado de Italia, manoseó la pelota durante buena parte de
la tarde. De un lado al otro, del otro al uno, con muy poca intención de hacer daño pese a su
esquema habitual de tres delanteros, con Santa Cruz y Cardozo, dueño de
una temporada buenísima en el Benfica, como acompañantes de Valdez.



Sin embargo, cuentan más las intenciones que los nombres, y en toda la primera parte apenas
fueron dos disparos lejanos (lejanísimos) de Caniza, el lateral derecho, los que se pueden
contar en el zurrón paraguayo. Suficiente con mantener la igualada para alcanzar los octavos,
que suponen el techo de esta selección en sus ocho presencias en
un campeonato del mundo, esta, la cuarta de forma consecutiva.

A la vuelta del descanso, salió Lucas Barrios en el lugar de Cardozo, y fue Barrios, el delantero
del Borussia Dortmund, el que agitó un poco el árbol. Nada serio, menos cuando
se escuchó en el banquillo la noticia del segundo gol de Eslovaquia, que les
daba definitivamente el pase y además como primera de grupo.



Los neozelandeses, a empujones, con su fútbol rudimentario, lo intentaron a la desesperada,
pues un gol los clasificaba a ellos, y además como primeros. Pero claro, la lógica, mejor
dicho la ilógica del fútbol, tiene un límite, y ver a Nueva Zelanda pasar con esas credenciales
era demasiado incluso para un deporte como el fútbol, donde cabe casi todo. No hubo ni
una opción medianamente seria, y Paraguay se marchó andando del campo,
exactamente igual que había entrado y exactamente igual que
jugó uno de los partidos más aburridos del mundo.

E. J. Castelao | 24/06/2010 18:03 horas