Previa Supercopa de Europa.- El Atlético prueba el lujo

El Atlético prueba el lujo



Está el Atlético en Mónaco, donde lo ha recibido un sol precioso y un mar colapsado
por yates como el 'Nicole', una impresionante estructura negra y plateada cuyo coste
es mejor no preguntar. Las piscinas particulares, las preciosas cristaleras de los
restaurantes y un escudo, el rojiblanco, salpicando la sinuosa carretera que llega
hasta aquí desde Niza. Degustado a toda prisa, eso sí, pues la rueda de prensa
estaba prevista para las 13.30, y no fue hasta las 14.00 que empezó. Con el trofeo
presidiendo la escena, los discursos fueron los de siempre, nada fuera del guión,
no es cuestión de presentarse en la gran fiesta del fútbol europeo y dar la nota.
Es un invitado. Y novato. Entre el lujo, el Atlético trata de adaptarse.

Se aloja en un lujoso hotel -aquí casi no hay de otro tipo- a pocos pasos del estadio
Louis II, que visto desde arriba parece una sucesión de chalets adosados. Antes
tuvieron que pasar por el Grimaldi Fórum, un coqueto centro de convenciones ganado
al mar en el corazón del Principado. Allí, con mucho jaleo de cámaras y micrófonos,
pues la prensa española llegó tarde. "Queremos ser protagonistas",
se lanzó Quique, que no utilizó el inglés, y bien que hizo.

"Tenemos la tranquilidad de haber jugado dos finales. Tengo la tranquilidad que supone
jugar esos partidos", analizó antes de montarse de nuevo en un
coche y marcharse, junto a Forlán y Antonio López, al hotel,
donde ya había empezado a comer el resto de la plantilla.

No quiere Quique sentirse inferior a nadie. "En 38 partidos la lectura sería diferente,
pero a un partido, aún sabiendo que el Inter es un equipo que está acostumbrado
a ganar títulos, cuando eche a rodar el balón debemos tener
atrevimiento y convicción en lo que estamos haciendo".

El técnico sí utilizó el portugués (mejor dicho, 'su' portugués) para hablar de Roberto,
el ex portero rojiblanco por el que el Benfica pagó ocho millones dicen. Pero salvado
ese paréntesis que no interesaba demasiado, volvió al partido. "Para que se vea al
verdadero Inter de Benítez falta tiempo. Si los dos vamos a ser defensivos, nunca
llegaremos a puerta, así que debemos cambiar el chip", ironizó cuando un periodista
italiano le preguntó por la vocación defensiva de ambos técnicos. Por cierto,
¿qué tal se llevan? "Tengo buena relación con Rafa Benítez. Le estudié mucho en su
etapa en el Valencia y me siento un seguidor de su forma de trabajar". Pues muy bien.

"No queremos ser comparsas", insistió el entrenador, que medita las dudas entre
Antonio López y Filipe Luis y entre Fran Mérida y Simao. "No daremos pistas al Inter",
de modo que en el entrenamiento vespertino en el escenario del partido,
apenas 15 minutos a la vista y el resto se lo guarda para él.


E. J. Castelao | Mónaco 26/08/2010
elmundo.es