El Atlético se sale
FORZA ATLETI SIEMPRE :: Temporadas y
competiciones pasadas :: Temporada
2010-11 :: Supercopa Europa Inter - ATLETI
Página 1 de 1.
El Atlético se sale
El Atlético se sale
El conjunto de Quique corta la ristra de títulos
del Inter con dos goles de Reyes y Agüero
No hay equipo más irreverente que el Atlético, que se crece donde otros se achantan
y que, después de tanto tiempo abducido, ha recuperado la autoestima y el sentido.
De vuelta en el grupo de los ricos, la escuadra del Manzanares ganó su segundo título
en 14 años porque fue más valiente y cometió menos fallos que el Inter, el
campeonísimo que quería igualar los seis del tirón del Barcelona. El conjunto lombardo
no lo hará porque anoche no estuvo a la altura de las circunstancias y mordió el polvo
víctima de los goles de artista de Reyes y Agüero y de su juego
de clausura pese a los aires aperturistas de Rafa Benítez.
El vencedor de la Liga, la Copa y la Supercopa italianas y de la Liga de Campeones se
encerró en la caverna y, como con José Mourinho, pero sin el mismo entusiasmo, siguió
jugando a la carta, reinventándose en función del rival mientras su nuevo entrenador se
quedaba en las palabras. Con la responsabilidad de poder ganar el único trofeo que falta
en las vitrinas de su nueva casa, Benítez se presentó en Mónaco con la idea de adelantar
al grupo y llevar la voz cantante con el balón, justo lo contrario de lo que hicieron los
neroazzurri, que dejaron el protagonismo a Raúl García y solo salían
cuando robaba el cuero para marchar al galope al contragolpe.
El plan del Inter le vino de rechupete al Atlético, que ya no se alborota con el balón en los
pies y sacó provecho del juego entre líneas de su plantel de centrocampistas y delanteros.
Agüero y Forlán trabajaron a destajo para buscar las costuras de la última línea transalpina,
muy compacta y con cuatro bigardos con alma de atletas. El que más les sacó los colores
fue el Kun. Primero, con el partido en los fogones, reclamó un penalti de Chivu que no vio
Busacca. La ceguera del colegiado, elegido ex profeso para hacer olvidar las polémicas
del Mundial de Sudáfrica, no le desestabilizó. Al contrario, le arrimó
todavía más al área, donde fabricó el gol de Reyes y aprovechó
la bandeja de Simão con el Inter ya a la desesperada.
La asistencia fue el mejor premio para el extremo portugués, al que Quique Flores dio
carrete unas horas después de que renunciase a su selección. Los galones del ala, que a
sus 32 años ha perdido la sexta marcha que le encumbró, pudieron más que las buenas
sensaciones de Fran Mérida en la pretemporada y que solo salió al final para guarecer la
pelota. No fue la única sorpresa del preparador rojiblanco, que prescindió del capitán,
Antonio López, indiscutible la temporada pasada porque no tenía a nadie por delante ni
por detrás, y colocó a Domínguez en la izquierda de la zaga. Una decisión chocante porque
el canterano se ha ganado un lugar en el centro por su apego a la táctica y pierde puntos
en el costado por su lentitud de piernas. Pero la apuesta salió redonda y ni Maicon ni los
mediapuntas del Inter pudieron sacar ventaja de su largo recorrido. La misma historia se
repitió por la otra banda, donde Ujfalusi, el comodín que lo mismo sirve para un roto que
para un descosido, secó las diagonales de Eto'o mientras
Godín y Perea tiraban y daban sentido a la última línea.
La serenidad de la retaguardia madrileña minimizó la potencia de fuego interista, deprimido
Sneijder. Aunque Eto'o no se muerde la lengua y ya le ha repetido de mil maneras que
quiere volver a ser el capo canionieri, el punto y final del ataque, Benítez le mantuvo
ligeramente por detrás de Diego Milito, a fin de cuentas nombrado el mejor delantero de la
última Champions. El Príncipe pinchó en hueso y apenas compareció, perdido en la
tranquilidad que aporta Godín y el maratón de Assunção detrás del balón.
El pivote brasileño se multiplicó en todas las parcelas y lo mismo rebañaba la pelota en la
línea medular que repelía los remates de Milito con las piernas, una suerte por la repercusión
de la cita, el esmoquin del contrario y la estrechez del estadio Louis II. Comprimido entre el
mar, los palacetes y las montañas, el tapete tampoco ayudó y se les quedó corto a los dos
equipos, que abusaron sin sentido de los balones en largo en el pistoletazo inicial hasta que
el Atlético bajó el esférico al piso. Fue el principio del fin del Inter, que, de golpe y porrazo,
se convirtió en el comparsa, en el secundario de lujo de la fiesta de Montecarlo. El primer
aviso serio, con permiso de un remate lejano de Assunção y otro que bordeó
el palo de Agüero, llegó de las botas de Reyes, que culminó un contragolpe
con un tiro raso y seco que Julio César salvó a duras penas.
La acción hizo recular al Inter y desperezó todavía más al Atlético, que, después de jugar una
hora a la ruleta, hizo saltar la banca tras una combinación maravillosa entre Agüero y el volante
de Utrera, que aprovechó un hueco en la portería de Julio César y colocó a los de Quique en
el camino triunfal. La puntilla llegó casi de corrido gracias al Kun, que apuntilló a un Inter que
llegaba crecido, que hasta vio a su estrella Milito fallar un penalti ante De Gea y que se fue
con el currículo entre las piernas, atormentado por un Atlético de vuelta a lo alto de la pirámide.
J. MARCOS | Mónaco 27/08/2010
elpais.com
El conjunto de Quique corta la ristra de títulos
del Inter con dos goles de Reyes y Agüero
No hay equipo más irreverente que el Atlético, que se crece donde otros se achantan
y que, después de tanto tiempo abducido, ha recuperado la autoestima y el sentido.
De vuelta en el grupo de los ricos, la escuadra del Manzanares ganó su segundo título
en 14 años porque fue más valiente y cometió menos fallos que el Inter, el
campeonísimo que quería igualar los seis del tirón del Barcelona. El conjunto lombardo
no lo hará porque anoche no estuvo a la altura de las circunstancias y mordió el polvo
víctima de los goles de artista de Reyes y Agüero y de su juego
de clausura pese a los aires aperturistas de Rafa Benítez.
El vencedor de la Liga, la Copa y la Supercopa italianas y de la Liga de Campeones se
encerró en la caverna y, como con José Mourinho, pero sin el mismo entusiasmo, siguió
jugando a la carta, reinventándose en función del rival mientras su nuevo entrenador se
quedaba en las palabras. Con la responsabilidad de poder ganar el único trofeo que falta
en las vitrinas de su nueva casa, Benítez se presentó en Mónaco con la idea de adelantar
al grupo y llevar la voz cantante con el balón, justo lo contrario de lo que hicieron los
neroazzurri, que dejaron el protagonismo a Raúl García y solo salían
cuando robaba el cuero para marchar al galope al contragolpe.
El plan del Inter le vino de rechupete al Atlético, que ya no se alborota con el balón en los
pies y sacó provecho del juego entre líneas de su plantel de centrocampistas y delanteros.
Agüero y Forlán trabajaron a destajo para buscar las costuras de la última línea transalpina,
muy compacta y con cuatro bigardos con alma de atletas. El que más les sacó los colores
fue el Kun. Primero, con el partido en los fogones, reclamó un penalti de Chivu que no vio
Busacca. La ceguera del colegiado, elegido ex profeso para hacer olvidar las polémicas
del Mundial de Sudáfrica, no le desestabilizó. Al contrario, le arrimó
todavía más al área, donde fabricó el gol de Reyes y aprovechó
la bandeja de Simão con el Inter ya a la desesperada.
La asistencia fue el mejor premio para el extremo portugués, al que Quique Flores dio
carrete unas horas después de que renunciase a su selección. Los galones del ala, que a
sus 32 años ha perdido la sexta marcha que le encumbró, pudieron más que las buenas
sensaciones de Fran Mérida en la pretemporada y que solo salió al final para guarecer la
pelota. No fue la única sorpresa del preparador rojiblanco, que prescindió del capitán,
Antonio López, indiscutible la temporada pasada porque no tenía a nadie por delante ni
por detrás, y colocó a Domínguez en la izquierda de la zaga. Una decisión chocante porque
el canterano se ha ganado un lugar en el centro por su apego a la táctica y pierde puntos
en el costado por su lentitud de piernas. Pero la apuesta salió redonda y ni Maicon ni los
mediapuntas del Inter pudieron sacar ventaja de su largo recorrido. La misma historia se
repitió por la otra banda, donde Ujfalusi, el comodín que lo mismo sirve para un roto que
para un descosido, secó las diagonales de Eto'o mientras
Godín y Perea tiraban y daban sentido a la última línea.
La serenidad de la retaguardia madrileña minimizó la potencia de fuego interista, deprimido
Sneijder. Aunque Eto'o no se muerde la lengua y ya le ha repetido de mil maneras que
quiere volver a ser el capo canionieri, el punto y final del ataque, Benítez le mantuvo
ligeramente por detrás de Diego Milito, a fin de cuentas nombrado el mejor delantero de la
última Champions. El Príncipe pinchó en hueso y apenas compareció, perdido en la
tranquilidad que aporta Godín y el maratón de Assunção detrás del balón.
El pivote brasileño se multiplicó en todas las parcelas y lo mismo rebañaba la pelota en la
línea medular que repelía los remates de Milito con las piernas, una suerte por la repercusión
de la cita, el esmoquin del contrario y la estrechez del estadio Louis II. Comprimido entre el
mar, los palacetes y las montañas, el tapete tampoco ayudó y se les quedó corto a los dos
equipos, que abusaron sin sentido de los balones en largo en el pistoletazo inicial hasta que
el Atlético bajó el esférico al piso. Fue el principio del fin del Inter, que, de golpe y porrazo,
se convirtió en el comparsa, en el secundario de lujo de la fiesta de Montecarlo. El primer
aviso serio, con permiso de un remate lejano de Assunção y otro que bordeó
el palo de Agüero, llegó de las botas de Reyes, que culminó un contragolpe
con un tiro raso y seco que Julio César salvó a duras penas.
La acción hizo recular al Inter y desperezó todavía más al Atlético, que, después de jugar una
hora a la ruleta, hizo saltar la banca tras una combinación maravillosa entre Agüero y el volante
de Utrera, que aprovechó un hueco en la portería de Julio César y colocó a los de Quique en
el camino triunfal. La puntilla llegó casi de corrido gracias al Kun, que apuntilló a un Inter que
llegaba crecido, que hasta vio a su estrella Milito fallar un penalti ante De Gea y que se fue
con el currículo entre las piernas, atormentado por un Atlético de vuelta a lo alto de la pirámide.
J. MARCOS | Mónaco 27/08/2010
elpais.com
ATLETISOY- .
Temas similares
» El Atlético se sale
» LIGA | ATLÉTICO DE MADRID 1 - RACING DE SANTANDER 1 .- El Atlético se enreda de mala manera
» 9ª Jor. Liga 2009/10 .- Ath. Bilbao 1-0 ATLETICO DE MADRID -El Atlético, a palos hacia el descenso
» DEPORTIVO 1 - ATLÉTICO 1 EN RIAZOR.- Un Atlético lleno de suplentes gana el Teresa Herrera en la tanda de penaltis
» Play-offs vuelta V. GUIMARÂES, 0-ATLÉTICO, 4 - El Atlético se desata
» LIGA | ATLÉTICO DE MADRID 1 - RACING DE SANTANDER 1 .- El Atlético se enreda de mala manera
» 9ª Jor. Liga 2009/10 .- Ath. Bilbao 1-0 ATLETICO DE MADRID -El Atlético, a palos hacia el descenso
» DEPORTIVO 1 - ATLÉTICO 1 EN RIAZOR.- Un Atlético lleno de suplentes gana el Teresa Herrera en la tanda de penaltis
» Play-offs vuelta V. GUIMARÂES, 0-ATLÉTICO, 4 - El Atlético se desata
FORZA ATLETI SIEMPRE :: Temporadas y
competiciones pasadas :: Temporada
2010-11 :: Supercopa Europa Inter - ATLETI
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|