CLASIFICACIÓN EURO 2012 |ESPAÑA 3 LITUANIA1

CLASIFICACIÓN EURO 2012 | Esforzada victoria ( 3-1)

ESPAÑA 3 LITUANIA1

España
Iker Casillas; Sergio Ramos (Arbeloa, m.82), Puyol, Piqué,
Capdevila; Busquets, Iniesta, Cazorla, Silva; Villa
(Pablo Hernández, m.75) y Llorente (Aduriz, m.75).

Lituania
Karcemarskas; Skerla, Stankevicius, Radavicius, Kijanskas;
Semberas, Cesnauskis (Poskus, m.84), Mikoliunas (Cesnauskis, m.58),
Panka, Danilevicius (Klimaucius, m.82) y Sernas.

Goles
1-0, m.46: Llorente.
1-1, m.54: Sernas.
2-1, m.56: Llorente.
3-1, 78: Silva.

Árbitro
Gianluca Rocchi (ITA). No mostró cartulinas.

Incidencias
Segundo encuentro de la fase de clasificación a la Eurocopa 2012,
disputado en el estadio Helmántico de Salamanca,
lleno, ante la presencia de 17.000 espectadores.
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España usa la cabeza

* Fernando Llorente, doble goleador,
doblega a una Lituania contundente

* Los centros al área rindieron más
que el juego de seda del primer tiempo

España resolvió su segundo partido de clasificación para la Eurocopa 2012 a cabezazos. Y
usando la cabeza ya se destaca del resto del Grupo I. El delicioso juego por abajo, el toque
continuo y rápido, el desmarque inteligente frente a un tupida zaga lituana no fueron rentables.
Al contrario, los goles llegaron tras dos centros convertidos por el poderío aéreo de Fernando
Llorente, en dos ocasiones, y la ambición incuestionable del pequeño David Silva, que abrochó
la cuenta con un cabezazo a la escuadra desde más allá del punto de penalti.



Puyol y Piqué resoplaron a tres minutos del descanso. Danilevicius, que ya se les había filtrado
una vez, les sorprendió tras un lanzamiento de falta rápido, cerca del área, apenas parado el
balón. Iker Casillas opuso sus brazos al disparo del delantero lituano
y Piqué terminó por patear la pelota para alejarla de allí.

La anécdota, la única opción de remate de la selección báltica de Raimondas Zutautas, pudo
convertirse en categoría. Amenazó con ridiculizar el juego de seda de la selección española,
porque ahora, sobre todo en zonas del centro de la Península, tanto toque sin gol encuentra
detractores. Y los 46 minutos de la fase inicial, prolongación incluida, fueron un ejemplo
de dominio ciego de los españoles frente a la portería de Karcemarskas.

El homenaje salmantino de España, con su estilo inconfundible y admirable, apenas había
dejado media docena de remates, dos de ellos al palo, ante una Lituania acobardada hasta
entonces, pero que terminó la primera mitad del partido más viva y vitalista que nunca.

España no echó mano a su caudal de lujo colectivo, ni a la quintaesencia del regate que
dominan Iniesta, Silva, Cazorla y Villa para darle un volantazo a la noche. Hay otros recursos
en un equipo magnífico que sobrevive a ausencias tan importantes como
las de Xavi, Cesc, Torres y Alonso, descartado a última hora por gripe.



En el primer minuto de la segunda parte, Sergio Ramos holló campo libre a la derecha del
ataque español. Frenó, levantó la vista y colocó un centro donde sólo pueden llegar los
arietes de tronío, gente como Fernando Llorente, que se elevó sobre sus
dos pegajosos acompañantes de toda la noche -Kijanskas y Skerla-
y encajó un cabezazo perfecto e imparable.

Los campeones del mundo habían abierto el camino, pero se lo cerraron con un desajuste
defensivo, ocasionado por un tardío repliegue de Capdevila que desplazó a Puyol a la
izquierda y dejó a Piqué solo frente a dos lituanos. Sernas, autor del gol lituano
que había noqueado a los checos, duplicó sus méritos frente a Casillas.

Capdevila, con sus subidas y dos centros perfectos, había provocado en el primer tiempo
dos claras oportunidades de gol anuladas por los palos: un cabezazo de Ramos y
otro de Llorente que encontró continuidad con un remate incomprensible
de Villa, otra vez a la madera, que era lo verdaderamente difícil.

Centros por la derecha

España decidió en el intermedio que los centros debían partir desde la derecha. Al menos,
Ramos aplicó la nueva estrategia para fabricar el primer gol y la repitió Cazorla con un centro
al que Llorente sólo tuvo que mover un mílímetro su cuello. Ya en la cuesta abajo del
cronómetro, Sergio Ramos volvió a medir un centro que la cabeza de David Silva convirtió
en el tercero. Poco después, el lateral madridista pidió el cambio con un tobillo maltrecho.



La contundencia con la cabeza resolvió el misterio de un juego más que brillante en el tapete
del Helmántico, pero improductivo. La consagración de Llorente como sacacorchos ante
tapones rudos y tozudos salvó la indefinición de Villa, que al final fue reemplazado con cara
de pocos amigos por Pablo Hernández, mientras que el delantero del Athletic
le pasaba el testigo a Aduriz, que debutó con la campeona del mundo.

El martes, la Roja tiene más tajo. En Escocia, ante una selección que perdió este sábado
en la República Checa y que ocupa la segunda posición del grupo con dos puntos menos
que el campeón del mundo, pero un partido más. Pero, como ante
Lituania, un equipo de medio pelo, la victoria no vendrá regalada.

F. Llamas | Madrid 09/10/2010
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