OBITUARIO - Arteche nació central D.E.P.
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FORZA ATLETI SIEMPRE :: HISTORIA DEL
ATLETICO DE MADRID :: Jugadores,entrenadores y personalidades en general...
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OBITUARIO - Arteche nació central D.E.P.
OBITUARIO
Arteche nació central
El fútbol despide a Juan Carlos Arteche, fallecido en
Madrid a los 53 años víctima de un cáncer.
Cuando un chicarrón del norte, o del centro, o del sur, pero sobre todo del norte, se decidía a
jugar al fútbol tenía tres posibilidades: o ser portero, si andaba bien de reflejos, o ser central
si la fiereza acompañaba su carcasa muscular, o ser delantero centro si el gol le
hacía un guiño. En otros puestos flaqueaba y tarde o temprano el
entrenador de turno le pondría en la espalda el 1, el 5 o el 9.
Arteche nació central. Bastaba mirar su estructura, la largura de sus huesos, su pecho, su nariz
poderosa, sus músculos y ya pasado el tiempo, su bigote que le daba ese porte de clásico
central escocés de la época. Y ahí se quedó, en el hueco del área, en la cueva que comenzó a
gobernar en el Racing con el que debutó en Primera División en 1975 guardando las
espaldas de tipos más habilidosos, más flaquitos, como Marcos o Quique Setién.
Al chicarrón de Maliaño se le quedó pequeña aquella cueva del Racing y recaló en el Manzanares
con 21 años, y allí habitó 11 temporadas. Junto al brasileño Luiz Pereira construyó la muralla del
miedo. El brasileño era mastodóntico, con aquellos pies gigantescos, pero fiel a su origen era un
jugón y necesitaba un buen guardaespaldas, un Juan Sin Miedo que
corrigiera errores y de paso le limpiara el camino de rivales.
Nunca fue Arteche un central elegante. Ni lo quiso ser. La fuerza era su argumento, tanto con Luiz
Pereira como con Andoni Goicoetxea, a quien acompañó después en el tramo final de la carera
de ambos en el Atlético. Jesús Gil aseguró que esa barrera sería infranqueable,
y definió a Arteche como un representante del "genuino espíritu rojiblanco".
Arteche ha fallecido hoy en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, víctima de un cáncer, un rival
indestructible. Su último rival. Se lo ha llevado con una Copa del Rey y una Supercopa (ambas en 1985)
en el zurrón y siendo el cuarto futbolista con más partidos de Liga en el Atlético (308). El último regate
le salió mal. Tanto el Racing como el Atlético lamentaron la pérdida de este singular futbolista.
E. R. ÁLVAREZ 13/10/2010
elpais.com
Arteche nació central
El fútbol despide a Juan Carlos Arteche, fallecido en
Madrid a los 53 años víctima de un cáncer.
Cuando un chicarrón del norte, o del centro, o del sur, pero sobre todo del norte, se decidía a
jugar al fútbol tenía tres posibilidades: o ser portero, si andaba bien de reflejos, o ser central
si la fiereza acompañaba su carcasa muscular, o ser delantero centro si el gol le
hacía un guiño. En otros puestos flaqueaba y tarde o temprano el
entrenador de turno le pondría en la espalda el 1, el 5 o el 9.
Arteche nació central. Bastaba mirar su estructura, la largura de sus huesos, su pecho, su nariz
poderosa, sus músculos y ya pasado el tiempo, su bigote que le daba ese porte de clásico
central escocés de la época. Y ahí se quedó, en el hueco del área, en la cueva que comenzó a
gobernar en el Racing con el que debutó en Primera División en 1975 guardando las
espaldas de tipos más habilidosos, más flaquitos, como Marcos o Quique Setién.
Al chicarrón de Maliaño se le quedó pequeña aquella cueva del Racing y recaló en el Manzanares
con 21 años, y allí habitó 11 temporadas. Junto al brasileño Luiz Pereira construyó la muralla del
miedo. El brasileño era mastodóntico, con aquellos pies gigantescos, pero fiel a su origen era un
jugón y necesitaba un buen guardaespaldas, un Juan Sin Miedo que
corrigiera errores y de paso le limpiara el camino de rivales.
Nunca fue Arteche un central elegante. Ni lo quiso ser. La fuerza era su argumento, tanto con Luiz
Pereira como con Andoni Goicoetxea, a quien acompañó después en el tramo final de la carera
de ambos en el Atlético. Jesús Gil aseguró que esa barrera sería infranqueable,
y definió a Arteche como un representante del "genuino espíritu rojiblanco".
Arteche ha fallecido hoy en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, víctima de un cáncer, un rival
indestructible. Su último rival. Se lo ha llevado con una Copa del Rey y una Supercopa (ambas en 1985)
en el zurrón y siendo el cuarto futbolista con más partidos de Liga en el Atlético (308). El último regate
le salió mal. Tanto el Racing como el Atlético lamentaron la pérdida de este singular futbolista.
E. R. ÁLVAREZ 13/10/2010
elpais.com
ATLETISOY- .
Artechenbauer, descanse en paz
Artechenbauer, descanse en paz
Durante un par de décadas infinitas, te hemos echado mucho de menos. Tanto como la esposa
que llora al pescador ausente que se ha largado a Gran Sol a por el maldito fletán. Pero el jodido
Atlántico nunca te devolvió a la defensa del Atleti. Pasaron cientos, miles de aspirantes a tus
dominios, y aunque algunos -no muchos- tuvieron más técnica, colocación, reposo y por supuesto
salida de balón que tú, ninguno hacía recordar ni por asomo el ímpetu y la nobleza del mejor púgil
que ha pasado por el cuadrilátero del Manzanares. Todas fueron malas copias,
becarios en arrojo lanzando puñetazos al aire en el borde del área.
Qué triste. Ningún central se deja ya bigote, Artechenbauer.
Aún recuerdo una remontada ante el Betis, con dos goles tuyos en los últimos minutos y con la
portería convertida en una chocolatería. Aún recuerdo cejas partidas y vendajes en la cabeza. Aún
recuerdo un gol tuyo con la Selección vaya usted a saber ante qué país. En los cromos decía que
habías nacido en Santander. Yo creo que viniste al mundo en la
galera de Benhur remando junto a Charlton Heston.
En el 86 llegaron paquidermos con pasta y tuviste que salir de estrangis por la puerta 0 del Calderón.
Encorbataos ignorantes los que te mandaron al INEM. Nadie tuvo valor de decírtelo en la calle.
¡Cobardes!. Ni el doblete del 96 hizo olvidar aquel agravio. "Atleti somos nosotros"
canta la grada cuando los del césped no sienten los colores,
no tienen huevos. Atleti eras tú Juan Carlos Arteche.
Tras la retirada, te acomodaste con tu carnet de socio en la tribuna, escuchando cada 15 días las
plegarias de muchos abonados cuando el naufragio nos llevó a Segunda y en el retorno a
Primera tuvimos sucesivos paquibotes gobernados por torpes grumetes.
Vuelve Artechenabauer. Estos son una panda de mataos.
Devolvías las muestras de cariño, con una media sonrisa y el timbre de voz tabernaria del que ha
visto muchos mares, muchas minas, muchas combates, muchas marejadas. Por dentro, la enfermedad
era un mar de fondo contra el que no se podía nadar. Nunca tuve que preguntar a mi padre porque
carajo éramos del Atleti. Me bastó ver el sentimiento con el que subía a rematar un córner aquel
estibador al que la vida le ha partido la cara antes de tiempo.
Descanse en paz.
J. Caballero | Madrid 13/10/2010
elmundo.es
Durante un par de décadas infinitas, te hemos echado mucho de menos. Tanto como la esposa
que llora al pescador ausente que se ha largado a Gran Sol a por el maldito fletán. Pero el jodido
Atlántico nunca te devolvió a la defensa del Atleti. Pasaron cientos, miles de aspirantes a tus
dominios, y aunque algunos -no muchos- tuvieron más técnica, colocación, reposo y por supuesto
salida de balón que tú, ninguno hacía recordar ni por asomo el ímpetu y la nobleza del mejor púgil
que ha pasado por el cuadrilátero del Manzanares. Todas fueron malas copias,
becarios en arrojo lanzando puñetazos al aire en el borde del área.
Qué triste. Ningún central se deja ya bigote, Artechenbauer.
Aún recuerdo una remontada ante el Betis, con dos goles tuyos en los últimos minutos y con la
portería convertida en una chocolatería. Aún recuerdo cejas partidas y vendajes en la cabeza. Aún
recuerdo un gol tuyo con la Selección vaya usted a saber ante qué país. En los cromos decía que
habías nacido en Santander. Yo creo que viniste al mundo en la
galera de Benhur remando junto a Charlton Heston.
En el 86 llegaron paquidermos con pasta y tuviste que salir de estrangis por la puerta 0 del Calderón.
Encorbataos ignorantes los que te mandaron al INEM. Nadie tuvo valor de decírtelo en la calle.
¡Cobardes!. Ni el doblete del 96 hizo olvidar aquel agravio. "Atleti somos nosotros"
canta la grada cuando los del césped no sienten los colores,
no tienen huevos. Atleti eras tú Juan Carlos Arteche.
Tras la retirada, te acomodaste con tu carnet de socio en la tribuna, escuchando cada 15 días las
plegarias de muchos abonados cuando el naufragio nos llevó a Segunda y en el retorno a
Primera tuvimos sucesivos paquibotes gobernados por torpes grumetes.
Vuelve Artechenabauer. Estos son una panda de mataos.
Devolvías las muestras de cariño, con una media sonrisa y el timbre de voz tabernaria del que ha
visto muchos mares, muchas minas, muchas combates, muchas marejadas. Por dentro, la enfermedad
era un mar de fondo contra el que no se podía nadar. Nunca tuve que preguntar a mi padre porque
carajo éramos del Atleti. Me bastó ver el sentimiento con el que subía a rematar un córner aquel
estibador al que la vida le ha partido la cara antes de tiempo.
Descanse en paz.
J. Caballero | Madrid 13/10/2010
elmundo.es
ATLETISOY- .
Arteche, un defensa mítico
Arteche, un defensa mítico
* El jugador del Racing y del Atlético de Madrid
fallece a los 53 años
El ex futbolista del Racing de Santander y el Atlético de Madrid Juan Carlos Arteche ha
fallecido esta madrugada en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid
a los 53 años tras una larga enfermedad.
El mítico defensa será incinerado este jueves en el cementerio de la Almudena de Madrid,
según han informado a Europa Press fuentes del tanatorio de Parque San Isidro, aunque a
las 10.45 horas se oficiará una misa en el tanatorio para partir a las 11.20 horas
con dirección al Crematorio de La Almudena, donde sus
restos mortales serán incinerados a las 11.50 horas.
Juan Carlos Arteche nació en 1957 en la localidad cántabra de Maliaño y militó en el Racing
de Santander hasta 1978. Con 21 años, lo fichó el Atlético de Madrid donde
militó 11 temporadas, en las que fue capitán en varias de ellas.
Con la elástica 'colchonera' logró el título de la Copa del Rey de 1985 y, ese mismo curso,
la Supercopa de España. Además, Arteche, que disputó 356 partidos en Primera y marcó
20 goles, formó parte del equipo que disputó en 1986 la final de la Recopa de Europa
donde el Atlético cayó en la final por 3-0 ante el Dinamo de Kiev en Lyon.
Crítico con Jesús Gil y Gil, en 1988, Arteche junto a Landáburu, Quique Ramos y Setién fueron
despedidos por el polémico presidente, después de que éstos denunciaran la irregularidad ante
la Magistratura, y los tribunales les dieron la razón por despido improcedente. Arteche se retiró
en 1989 a los 32 años aunque años después siguió unido al mundo
del deporte como comentarista de radio y televisión.
Juan Carlos Arteche también fue internacional con la selección española, con la que disputó un
total de 4 partidos y logró un gol. Debutó el 12 de noviembre de 1986, ante Rumanía, en
el estadio Benito Villamarín de Sevilla, en partido clasificatorio
para la Eurocopa 1988, con victoria de España por 1-0.
Efe | Madrid 13/10/2010
* El jugador del Racing y del Atlético de Madrid
fallece a los 53 años
El ex futbolista del Racing de Santander y el Atlético de Madrid Juan Carlos Arteche ha
fallecido esta madrugada en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid
a los 53 años tras una larga enfermedad.
El mítico defensa será incinerado este jueves en el cementerio de la Almudena de Madrid,
según han informado a Europa Press fuentes del tanatorio de Parque San Isidro, aunque a
las 10.45 horas se oficiará una misa en el tanatorio para partir a las 11.20 horas
con dirección al Crematorio de La Almudena, donde sus
restos mortales serán incinerados a las 11.50 horas.
Juan Carlos Arteche nació en 1957 en la localidad cántabra de Maliaño y militó en el Racing
de Santander hasta 1978. Con 21 años, lo fichó el Atlético de Madrid donde
militó 11 temporadas, en las que fue capitán en varias de ellas.
Con la elástica 'colchonera' logró el título de la Copa del Rey de 1985 y, ese mismo curso,
la Supercopa de España. Además, Arteche, que disputó 356 partidos en Primera y marcó
20 goles, formó parte del equipo que disputó en 1986 la final de la Recopa de Europa
donde el Atlético cayó en la final por 3-0 ante el Dinamo de Kiev en Lyon.
Crítico con Jesús Gil y Gil, en 1988, Arteche junto a Landáburu, Quique Ramos y Setién fueron
despedidos por el polémico presidente, después de que éstos denunciaran la irregularidad ante
la Magistratura, y los tribunales les dieron la razón por despido improcedente. Arteche se retiró
en 1989 a los 32 años aunque años después siguió unido al mundo
del deporte como comentarista de radio y televisión.
Juan Carlos Arteche también fue internacional con la selección española, con la que disputó un
total de 4 partidos y logró un gol. Debutó el 12 de noviembre de 1986, ante Rumanía, en
el estadio Benito Villamarín de Sevilla, en partido clasificatorio
para la Eurocopa 1988, con victoria de España por 1-0.
Efe | Madrid 13/10/2010
ATLETISOY- .
Fallece el futbolista Juan Carlos Arteche a causa de un cáncer
Fallece el futbolista Juan Carlos Arteche a causa de un cáncer
El duro defensa desarrolló su carrera deportiva en
el Atlético de Madrid y el Racing de Santander
El histórico jugador del Racing de Santander y Atlético de Madrid Juan Carlos Arteche
(Maliaño, Cantabria, 1957) ha fallecido esta madrugada en la Fundación Jiménez Díaz de
Madrid a los 53 años de edad, víctima de un cáncer, según ha avanzado la cadena SER.
De imponente presencia (1,88 metros), Arteche se hizo conocido por su dominio del juego
aéreo y sobre todo por contundencia en el choque con los delanteros, lo que le
llevó a ser considerado uno de los jugadores más duros de su época.
El cuerpo de Arteche será incinerado este jueves en el cementerio de la Almudena de Madrid,
según han informado a Europa Press fuentes del tanatorio de Parque San Isidro,a las 10.45
horas se oficiará una misa en el tanatorio para partir a las 11.20 horas con dirección al Crematorio
de La Almudena, donde sus restos mortales serán incinerados a las 11.50 horas. El Atlético de
Madrid ha calificado de "irreparable pérdida" la muerte del ex futbolista. "El Club Atlético de Madrid
se une al luto de la familia Arteche en estos momentos de dolor por tan irreparable pérdida.
Descanse en paz Juan Carlos Arteche", reza el comunicado de la web del club.
El futbolista debutó en Primera División con el Racing de Santander, club en el que permaneció
hasta 1978. Con 21 años, da el salto a un club de mayor entidad y llega al club rojiblanco. Allí militó
durante 11 temporadas, siendo titular y capitán en varias de ellas. Arteche jugó con el Atlético de
Madrid 308 partidos de Liga, lo que le convierten en el cuarto jugador que más veces ha vestido
la camiseta del club por detrás de Adelardo, Tomás y Collar. En su palmarés, figuran una Copa del Rey
y una Supercopa de España, conseguidos con el club madrileño en 1985. Disputó la
final de la Recopa de Europa ante el Dinamo de Kiev un año después.
Cuatro partidos con la selección
El defensa santanderino debutó con la selección absoluta el 12 de noviembre de 1986, en un encuentro
ante Rumanía en el estadio sevillano Benito Villamarín, en partido clasificatorio para
la Eurocopa de 1988. España ganó 1-0. En total fue convocado en
cuatro ocasiones con la selección absoluta y llegó a marcar un gol.
Crítico con Jesús Gil y Gil, en 1988, Arteche junto a Landáburu, Quique Ramos y Setién fueron despedidos
por el polémico presidente, después de que éstos denunciaran la irregularidad ante la Magistratura, y los
tribunales les dieron la razón por despido improcedente. Arteche se retiró en 1989 a
los 32 años aunque años después siguió unido al mundo del
deporte como comentarista de radio y televisión.
AGENCIAS
El duro defensa desarrolló su carrera deportiva en
el Atlético de Madrid y el Racing de Santander
El histórico jugador del Racing de Santander y Atlético de Madrid Juan Carlos Arteche
(Maliaño, Cantabria, 1957) ha fallecido esta madrugada en la Fundación Jiménez Díaz de
Madrid a los 53 años de edad, víctima de un cáncer, según ha avanzado la cadena SER.
De imponente presencia (1,88 metros), Arteche se hizo conocido por su dominio del juego
aéreo y sobre todo por contundencia en el choque con los delanteros, lo que le
llevó a ser considerado uno de los jugadores más duros de su época.
El cuerpo de Arteche será incinerado este jueves en el cementerio de la Almudena de Madrid,
según han informado a Europa Press fuentes del tanatorio de Parque San Isidro,a las 10.45
horas se oficiará una misa en el tanatorio para partir a las 11.20 horas con dirección al Crematorio
de La Almudena, donde sus restos mortales serán incinerados a las 11.50 horas. El Atlético de
Madrid ha calificado de "irreparable pérdida" la muerte del ex futbolista. "El Club Atlético de Madrid
se une al luto de la familia Arteche en estos momentos de dolor por tan irreparable pérdida.
Descanse en paz Juan Carlos Arteche", reza el comunicado de la web del club.
El futbolista debutó en Primera División con el Racing de Santander, club en el que permaneció
hasta 1978. Con 21 años, da el salto a un club de mayor entidad y llega al club rojiblanco. Allí militó
durante 11 temporadas, siendo titular y capitán en varias de ellas. Arteche jugó con el Atlético de
Madrid 308 partidos de Liga, lo que le convierten en el cuarto jugador que más veces ha vestido
la camiseta del club por detrás de Adelardo, Tomás y Collar. En su palmarés, figuran una Copa del Rey
y una Supercopa de España, conseguidos con el club madrileño en 1985. Disputó la
final de la Recopa de Europa ante el Dinamo de Kiev un año después.
Cuatro partidos con la selección
El defensa santanderino debutó con la selección absoluta el 12 de noviembre de 1986, en un encuentro
ante Rumanía en el estadio sevillano Benito Villamarín, en partido clasificatorio para
la Eurocopa de 1988. España ganó 1-0. En total fue convocado en
cuatro ocasiones con la selección absoluta y llegó a marcar un gol.
Crítico con Jesús Gil y Gil, en 1988, Arteche junto a Landáburu, Quique Ramos y Setién fueron despedidos
por el polémico presidente, después de que éstos denunciaran la irregularidad ante la Magistratura, y los
tribunales les dieron la razón por despido improcedente. Arteche se retiró en 1989 a
los 32 años aunque años después siguió unido al mundo del
deporte como comentarista de radio y televisión.
AGENCIAS
ATLETISOY- .
"El grandullón era un capitán a la vieja usanza"
"El grandullón era un capitán a la vieja usanza"
El mundo del fútbol español expresa su
dolor por la muerte de Arteche
Era el cuarto jugador de la historia del Atlético de Madrid que más veces ha vestido la camiseta
rojiblanca; 308 partidos. Juan Carlos Arteche, que falleció esta madrugada víctima de un cáncer
en Madrid, era un jugador muy querido y muchos han sido los compañeros de aquel Atlético de
los 80 (jugó allí de 1978 a 1988) que han querido resaltar la figura de este mítico defensa.
Compañero en los veteranos del Atlético de Madrid, el portero Miguel San Román recordó cómo
Arteche estuvo acudiendo a las reuniones de ex jugadores hasta que la enfermedad se lo impidió:
"Era un luchador nato que presentó batalla al cáncer todo lo que pudo. En el terreno de juego era
un verdadero capitán, disfrutabas estando con él". Otro de sus compañeros de aquella época,
Pedro Pablo, destacó su capacidad de liderazgo: "Aparte de un amigo, fue alguien que nos ayudó
muchísimo dentro y fuera del campo. El grandullón era un capitán a la vieja usanza". Tanto Pedro
Pablo como Roberto Simón Marina, compartieron con Arteche su afición al golf durante estos últimos
años: "Nos hemos seguido viendo mucho. Con él te sentías protegido en el campo.
Tenía mucho carisma. Era muy competitivo y ha peleado hasta el final".
Por su parte, el joven portero y esperanza del Atlético, David De Gea, ha querido sumarse también
al dolor de la comunidad rtojiblanca: "Primero quiero dar el pésame a la familia por el fallecimiento de
Juan Carlos Arteche, que es una pérdida muy grande para el Atlético y para el fútbol". El propio club
ha emitido un comunicado en el que califica como "irreparable" la pérdida del defensa.
Hoy ondean a media hasta las banderas en la Ciudad Deportiva de Majadahonda.
El Racing de Santander, primer club de Arteche donde comenzó a los 17 años, ha lamentado en un
comunicado el fallecimiento de "un futbolista de club y, sobre todo, un racinguista que vistió
y vivió los colores y el sentimiento del primer equipo cántabro durante toda su vida".
EL PAÍS - Madrid - 13/10/2010
El mundo del fútbol español expresa su
dolor por la muerte de Arteche
Era el cuarto jugador de la historia del Atlético de Madrid que más veces ha vestido la camiseta
rojiblanca; 308 partidos. Juan Carlos Arteche, que falleció esta madrugada víctima de un cáncer
en Madrid, era un jugador muy querido y muchos han sido los compañeros de aquel Atlético de
los 80 (jugó allí de 1978 a 1988) que han querido resaltar la figura de este mítico defensa.
Compañero en los veteranos del Atlético de Madrid, el portero Miguel San Román recordó cómo
Arteche estuvo acudiendo a las reuniones de ex jugadores hasta que la enfermedad se lo impidió:
"Era un luchador nato que presentó batalla al cáncer todo lo que pudo. En el terreno de juego era
un verdadero capitán, disfrutabas estando con él". Otro de sus compañeros de aquella época,
Pedro Pablo, destacó su capacidad de liderazgo: "Aparte de un amigo, fue alguien que nos ayudó
muchísimo dentro y fuera del campo. El grandullón era un capitán a la vieja usanza". Tanto Pedro
Pablo como Roberto Simón Marina, compartieron con Arteche su afición al golf durante estos últimos
años: "Nos hemos seguido viendo mucho. Con él te sentías protegido en el campo.
Tenía mucho carisma. Era muy competitivo y ha peleado hasta el final".
Por su parte, el joven portero y esperanza del Atlético, David De Gea, ha querido sumarse también
al dolor de la comunidad rtojiblanca: "Primero quiero dar el pésame a la familia por el fallecimiento de
Juan Carlos Arteche, que es una pérdida muy grande para el Atlético y para el fútbol". El propio club
ha emitido un comunicado en el que califica como "irreparable" la pérdida del defensa.
Hoy ondean a media hasta las banderas en la Ciudad Deportiva de Majadahonda.
El Racing de Santander, primer club de Arteche donde comenzó a los 17 años, ha lamentado en un
comunicado el fallecimiento de "un futbolista de club y, sobre todo, un racinguista que vistió
y vivió los colores y el sentimiento del primer equipo cántabro durante toda su vida".
EL PAÍS - Madrid - 13/10/2010
ATLETISOY- .
Re: OBITUARIO - Arteche nació central D.E.P.
He encontrado estas declaraciones de el; era un gran hombre, y un buen atlético.D.E.P
“Salí con la conciencia muy tranquila de haberlo dado todo por el Atlético. Defendí sus intereses hasta el último momento. Que apareciera un personajillo de la categoría humana de Gil y me limpiase del club, no me supone nada.
El Atlético está por encima de las personas y en el fútbol si ganas ya puedes ser el más golfo que no pasará nada, pero si pierdes, empieza el rumor de que en el vestuario hay un cáncer y cosas así.
Mi mejor recuerdo es la final de Copa que ganamos al Athletic de Bilbao y mi peor la final copera que perdimos frente a la Real Sociedad.
Además, mi mejor jugada fue en el año 83 en un Atlético-Betis; perdíamos 2-3 a falta de cinco minutos y marqué dos goles, aunque salí del campo en camilla con el menisco roto” ( Vicente Calderón le impuso la medalla de oro y brillantes del Club At.Madrid en el hospital donde se recuperaba de su lesión).
indiamaria
Arteche se convirtió en el león del Manzanares
Arteche se convirtió en el león del Manzanares
Tenía un gran cariño por el Atleti y sus compañeros
Recuerdo que se incorporó al Atleti cuando finalizaba la temporada 77-78. Procedía
del Racing y con Pepe Navarro, Palín González y Guzmán fueron los refuerzos rojiblancos
cuando el club celebraba sus 'Bodas de Diamantes'. Comenzó jugando como marcador
central al lado del magnífico Pereira y reconozco que no fue santo de mi devoción.
El cántabro era demasiado tosco y sus ímpetus le llevaban a cometer numerosas faltas
innecesarias. Pero poco a poco fue mitigando sus ardores y progresando en el manejo
del balón. Llegó un momento en que su espíritu ganador se hizo clave en el funcionamiento
del equipo y terminé reconociendo su valía. Un día coincidimos en una cena de homenaje,
no recuerdo si a Santillana o a Butragueño. Iba acompañado de su mujer, en la que reconocí
a mi vecina de localidad trasera durante varias temporadas, las de mis más duras críticas.
Sin duda ella también lo hizo. Durante el aperitivo se me acercó Juan Carlos y en tono
agradable pero firme me dijo algo así como que yo era un gran detractor de su juego.
Que qué razones tenía para ello. Hubo amplias explicaciones y nació una buena amistad.
Durante varios años coincidíamos cuando nuestras hijas se enfrentaban en colegiales partidos
de baloncesto. Unas veces ganaba la suya y en otras San Patricio, pero disfrutábamos juntos
alabando las buenas jugadas de ambas, que eran para nosotros las mejores. Ya le había
echado Jesús Gil de forma ostentóreamente injusta y de vez en cuando nos veíamos y
charlábamos de lo divino y lo humano. Cada vez descubría nuevas facetas de su personalidad.
Su nobleza de miras, su creciente cultura, sus preocupaciones su cariño por el Atleti y sus
antiguos compañeros, su afición por el golf y el pádel y, ante todo, el enorme amor por su familia.
El pasado 3 de mayo compartimos mesa y mantel. Recordamos la final de Lyon ante el
inminente partido de Hamburgo y brindamos por el triunfo de nuestras banderas.
Ese es mi último y grato recuerdo del león del Manzanares.
B. Salazar | 14/10/2010
as.com
Tenía un gran cariño por el Atleti y sus compañeros
Recuerdo que se incorporó al Atleti cuando finalizaba la temporada 77-78. Procedía
del Racing y con Pepe Navarro, Palín González y Guzmán fueron los refuerzos rojiblancos
cuando el club celebraba sus 'Bodas de Diamantes'. Comenzó jugando como marcador
central al lado del magnífico Pereira y reconozco que no fue santo de mi devoción.
El cántabro era demasiado tosco y sus ímpetus le llevaban a cometer numerosas faltas
innecesarias. Pero poco a poco fue mitigando sus ardores y progresando en el manejo
del balón. Llegó un momento en que su espíritu ganador se hizo clave en el funcionamiento
del equipo y terminé reconociendo su valía. Un día coincidimos en una cena de homenaje,
no recuerdo si a Santillana o a Butragueño. Iba acompañado de su mujer, en la que reconocí
a mi vecina de localidad trasera durante varias temporadas, las de mis más duras críticas.
Sin duda ella también lo hizo. Durante el aperitivo se me acercó Juan Carlos y en tono
agradable pero firme me dijo algo así como que yo era un gran detractor de su juego.
Que qué razones tenía para ello. Hubo amplias explicaciones y nació una buena amistad.
Durante varios años coincidíamos cuando nuestras hijas se enfrentaban en colegiales partidos
de baloncesto. Unas veces ganaba la suya y en otras San Patricio, pero disfrutábamos juntos
alabando las buenas jugadas de ambas, que eran para nosotros las mejores. Ya le había
echado Jesús Gil de forma ostentóreamente injusta y de vez en cuando nos veíamos y
charlábamos de lo divino y lo humano. Cada vez descubría nuevas facetas de su personalidad.
Su nobleza de miras, su creciente cultura, sus preocupaciones su cariño por el Atleti y sus
antiguos compañeros, su afición por el golf y el pádel y, ante todo, el enorme amor por su familia.
El pasado 3 de mayo compartimos mesa y mantel. Recordamos la final de Lyon ante el
inminente partido de Hamburgo y brindamos por el triunfo de nuestras banderas.
Ese es mi último y grato recuerdo del león del Manzanares.
B. Salazar | 14/10/2010
as.com
ATLETISOY- .
La noche que llovió en Madrid
La noche que llovió en Madrid
La noche que llovió en Madrid ahí estaba él, con su bigote, con su cara de malo, con las medias
a medio subir y el 4 a la espalda. La noche que llovió en Madrid todo salió a la perfección.
Fue de aquellas en las que salta la chispa y de un plumazo hace pensar que lo posible adquiere
el valor de la grandeza y lo imposible alcanza la eternidad. Aquella noche que llovió en Madrid las
rayas rojas y blancas lucían más que nunca sobre un césped alto, mojado y pesado. Aquella
noche, sobre el cielo lluvioso de Madrid, el Atlético de Madrid de Futre, Alemao,
Landáburu y Salinas ganó 0-4 en el Bernabéu con Arteche de capitán.
Evidentemente, ha llovido muchas veces en Madrid, más de las que puedo recordar y, seguramente,
menos de las que me hubiese gustado. Pero aquella fue especial. Por la lluvia, porque era la primera
temporada de un Futre que venía de ser campeón de Europa e ilusionaba, y porque era la segunda
vez en cuatro años que se daba aquel resultado. Había, pues, motivos para estar contento en aquel
Noviembre de 1987, donde, si las fechas me cuadran, yo tenía poco más de dos años, edad
suficiente según mi padre para acordarme de ciertas cosas que tuvieran que ver con el Atleti. Ante
esas afirmaciones paternas, más de una vez me ha tocado asentir con la cabeza mientras
escuchaba en silencio algunas de sus historias. Muchas ellas, claro está, sobre Arteche.
Fuerte y duro dentro del terreno de juego, fiel y honrado fuera de él, Arteche fue el emblema del Atlético
de Madrid de los ochenta, aquel que ganó una final de Copa, perdió otra, y tiñó Lyon de rojiblanco el día
que la Selección rusa saltó al césped disfraza del Dínamo de Kiev. El mismo Atleti que un día se
convirtió en SAD y perdió los valores con los que había crecido durante muchos años y en los que
creían muchos, incluido nuestro protagonista. Arteche, perdonen si no lo he dicho antes, no sacaba el
balón jugado como lo hacía Piqué, no era tan rápido al cruce como lo era Pepe, y no tenía
la clase de Lucio. Era un trabajador, un gladiador, y un central de los que
infundía respeto. Entiendo que todos saben por donde voy.
Así, Arteche formaba parte de un Atlético de Madrid que poco o nada tiene que ver con lo que es ahora.
Otras costumbres, otras prioridades, y por supuesto, otros ídolos. Para mí, al igual que para otros
muchos, ese Atleti existe por mi padre, por sus historias y por sus recuerdos. Un Atlético de Madrid
donde la base principal eran los canteranos, y donde había alguien que mandaba
en el vestuario teniendo la responsabilidad de enseñar lo que significaban
el oso y el madroño en el pecho. Y ese era Arteche.
Por eso, la noche que llovió en Madrid, Arteche fue el Atleti.
Ese Atleti que no es el de ahora.
Ese Atleti que era nuestro.
Borja De Matías 14 de octubre de 2010
https://www.facebook.com/album.php?aid=2061039&id=1502581019&ref=mf#!/notes/borja-de-matias/la-noche-que-llovio-en-madrid/169255113088947
4d185d1b-1e82-4cbc-9d83-99734baf2b32La noche que llovió en Madrid ahí estaba él, con su bigote, con su cara de malo, con las medias
a medio subir y el 4 a la espalda. La noche que llovió en Madrid todo salió a la perfección.
Fue de aquellas en las que salta la chispa y de un plumazo hace pensar que lo posible adquiere
el valor de la grandeza y lo imposible alcanza la eternidad. Aquella noche que llovió en Madrid las
rayas rojas y blancas lucían más que nunca sobre un césped alto, mojado y pesado. Aquella
noche, sobre el cielo lluvioso de Madrid, el Atlético de Madrid de Futre, Alemao,
Landáburu y Salinas ganó 0-4 en el Bernabéu con Arteche de capitán.
Evidentemente, ha llovido muchas veces en Madrid, más de las que puedo recordar y, seguramente,
menos de las que me hubiese gustado. Pero aquella fue especial. Por la lluvia, porque era la primera
temporada de un Futre que venía de ser campeón de Europa e ilusionaba, y porque era la segunda
vez en cuatro años que se daba aquel resultado. Había, pues, motivos para estar contento en aquel
Noviembre de 1987, donde, si las fechas me cuadran, yo tenía poco más de dos años, edad
suficiente según mi padre para acordarme de ciertas cosas que tuvieran que ver con el Atleti. Ante
esas afirmaciones paternas, más de una vez me ha tocado asentir con la cabeza mientras
escuchaba en silencio algunas de sus historias. Muchas ellas, claro está, sobre Arteche.
Fuerte y duro dentro del terreno de juego, fiel y honrado fuera de él, Arteche fue el emblema del Atlético
de Madrid de los ochenta, aquel que ganó una final de Copa, perdió otra, y tiñó Lyon de rojiblanco el día
que la Selección rusa saltó al césped disfraza del Dínamo de Kiev. El mismo Atleti que un día se
convirtió en SAD y perdió los valores con los que había crecido durante muchos años y en los que
creían muchos, incluido nuestro protagonista. Arteche, perdonen si no lo he dicho antes, no sacaba el
balón jugado como lo hacía Piqué, no era tan rápido al cruce como lo era Pepe, y no tenía
la clase de Lucio. Era un trabajador, un gladiador, y un central de los que
infundía respeto. Entiendo que todos saben por donde voy.
Así, Arteche formaba parte de un Atlético de Madrid que poco o nada tiene que ver con lo que es ahora.
Otras costumbres, otras prioridades, y por supuesto, otros ídolos. Para mí, al igual que para otros
muchos, ese Atleti existe por mi padre, por sus historias y por sus recuerdos. Un Atlético de Madrid
donde la base principal eran los canteranos, y donde había alguien que mandaba
en el vestuario teniendo la responsabilidad de enseñar lo que significaban
el oso y el madroño en el pecho. Y ese era Arteche.
Por eso, la noche que llovió en Madrid, Arteche fue el Atleti.
Ese Atleti que no es el de ahora.
Ese Atleti que era nuestro.
Borja De Matías 14 de octubre de 2010
https://www.facebook.com/album.php?aid=2061039&id=1502581019&ref=mf#!/notes/borja-de-matias/la-noche-que-llovio-en-madrid/169255113088947
1.03.01
ATLETISOY- .
Artechembauer
Artechembauer
Años ochenta, noche de perros en la ribera del Manzanares. Campo embarrado, verde
convertido en fango y el Betis de Gordillo, Ortega y Cardeñosa está a sólo cinco minutos de
llevarse la victoria del Vicente Calderón. Los del "manque pierda" dominan 2-3 y están jugando
bastante mejor que el Atlético. Desmoralizado y en previsión de evitar el atasco de costumbre
cerca del río, un padre coge del brazo a su hijo y le insta a levantarse de su localidad.
"Pero papá, que todavía quedan cinco minutos", advierte el niño, contrariado por tener que salir
siempre del estadio antes del pitido final. Pero Uría padre insiste y, viendo la desbandada
general en tribuna lateral, Uría hijo accede. A la carrera, por aquellos escalones de cemento
enfermos de aluminosis y recubiertos de restos de pipas, palomitas y vasos de plástico con el
logotipo de Coca-Cola, los Uría alcanzan la salida y se deciden a cruzar el puente, bajo una
manta de fina lluvia. Antes de abrir las puertas de un Chrysler rojo aparcado en doble fila, un
estallido de júbilo consigue llamar la atención de padre e hijo. Gol del Atleti. Con ánimo renovado,
Uría senior arranca, apaga el cigarro y busca el sonido incofundible de "Antena 3". Entre la lluvia
y la jungla de la M-30, la tarea no es fácil, porque en aquellos tiempos no existía el formato digital
para sintonizar las frecuencias. A los pocos segundos, las tripas del Manzanares descargan otro
trueno, mucho mayor que el primero. Uría senior mira a Uría junior. Al fin, a los pocos segundos,
aunque con interferencias, el radiocasette consigue que suene de fondo José María García,
repasando la quiniela. Se confirma. El Atlético, el rey del suspense, en un partido "no aptro para
cardiacos", le ha dado la vuelta al partido en sólo cinco minutos. García avanza: "Hay que verlo
para creerlo. Juan Carlos Arteche ha marcado el empate de cabeza y en el último minuto, le ha
dado la victoria a los colchoneros, con otro testarazo marca de la casa". En un semáforo cercano
de Avenida de América, a punto de enfilar la Nacional-II, Uría padre detiene el viejo Chrysler y se
dirige a su hijo: "Es que Arteche los tiene bien puestos. La que tiene que estar contenta es su
mujer, que se sienta dos filas detrás de nosotros y el otro día sufrió mucho cuando le pitaron
por un fallo". Uría Jr. asintió, trató de recordar dónde se sentaba esa señora y se puso a imaginar,
camino a casa, cómo habrían sido los dos goles de "Artechembauer",
que después vería en el mítico "Estudio Estadio".
Muchos años después de aquellos dos truenos de Arteche ante el Betis en una noche de perros,
Uría senior había retirado su carnet de socio por la nefasta gestión "gilista" y Uría Jr. intentaba ser
periodista. De esa guisa, durante una cena familiar y después de un programa televisivo, el hijo
charló con su padre: "¿Sabes con quién he estado hoy en el programa de María José Navarro?
Pues con Juan Carlos Arteche, el mítico "Artechembauer". Está como siempre, hecho un
fenómeno y sin pelos en la lengua. Ha vuelto a pedir un Atlético sin Giles, limpio, honesto. Un club
que sea de todos y no de dos". Mi padre me miró fijamente y no dudó en sentenciar:
"Rubén, ya no quedan tíos como Arteche. Con este, el molde se rompió. Si hubiera más Arteches
en la vida, habría menos dirigentes como los Giles en la vida". Juan Carlos Arteche llegó al Atlético
en 1978, procedente del Racing de Santander, ganó la Copa del Rey de 1985 ante el Athletic, la
Supercopa de España ante el Barça y fue miembro de aquel pedazo de Atleti que sucumbió en la
final de la Recopa ante el Dinamo de Kiev. "Artechembauer" era un defensa a la antigua usanza.
Un seguro de vida por arriba, un central durísimo pero noble y un hombre que miraba a los ojos.
Dejó su huella en el Atlético, siempre tuvo el cariño de la grada y fue un líder en el vestuario.
Después de diez años partiéndose la cara por el Atleti, en 1988, Arteche, Landáburu, Quique
Ramos y Setién fueron despedidos por Gil. Arteche no se arredró, defendió un club más limpio
y siempre dejó claro que el estilo de aquellos dirigentes poco o nada tenía que ver con las formas
señoriales del Atlético al que él llegó. Denunció ante Magistratura y ganó por despido improcedente.
Se retiró en 1989, a los 32 años, después de jugar 308 partidos (304 como titular), marcando 18
goles. Fue el cuarto jugador con más partidos en la historia del Atlético por detrás de Adelardo (401),
Tomás (367) y Collar (338). Esta noche, Arteche falleció en Madrid, en la Fundación Jiménez Díaz,
a los 53 años. Luchó como un jabato contra una larga enfermedad, pero acabó comprendiendo que
en esta vida, la muerte es el único partido que no se puede ganar. Como central
del Atlético fue un titán. Como opositor al Gilifato fue un referente.
Y como persona, fue un 10. "Artechembauer", descanse en paz.
Rubén Uría / 13 oct 2010
Eurosport
http://es.eurosport.yahoo.com/futbol/ruben-uria/article/15100/
4d185d1b-1e82-4cbc-9d83-99734baf2b32Años ochenta, noche de perros en la ribera del Manzanares. Campo embarrado, verde
convertido en fango y el Betis de Gordillo, Ortega y Cardeñosa está a sólo cinco minutos de
llevarse la victoria del Vicente Calderón. Los del "manque pierda" dominan 2-3 y están jugando
bastante mejor que el Atlético. Desmoralizado y en previsión de evitar el atasco de costumbre
cerca del río, un padre coge del brazo a su hijo y le insta a levantarse de su localidad.
"Pero papá, que todavía quedan cinco minutos", advierte el niño, contrariado por tener que salir
siempre del estadio antes del pitido final. Pero Uría padre insiste y, viendo la desbandada
general en tribuna lateral, Uría hijo accede. A la carrera, por aquellos escalones de cemento
enfermos de aluminosis y recubiertos de restos de pipas, palomitas y vasos de plástico con el
logotipo de Coca-Cola, los Uría alcanzan la salida y se deciden a cruzar el puente, bajo una
manta de fina lluvia. Antes de abrir las puertas de un Chrysler rojo aparcado en doble fila, un
estallido de júbilo consigue llamar la atención de padre e hijo. Gol del Atleti. Con ánimo renovado,
Uría senior arranca, apaga el cigarro y busca el sonido incofundible de "Antena 3". Entre la lluvia
y la jungla de la M-30, la tarea no es fácil, porque en aquellos tiempos no existía el formato digital
para sintonizar las frecuencias. A los pocos segundos, las tripas del Manzanares descargan otro
trueno, mucho mayor que el primero. Uría senior mira a Uría junior. Al fin, a los pocos segundos,
aunque con interferencias, el radiocasette consigue que suene de fondo José María García,
repasando la quiniela. Se confirma. El Atlético, el rey del suspense, en un partido "no aptro para
cardiacos", le ha dado la vuelta al partido en sólo cinco minutos. García avanza: "Hay que verlo
para creerlo. Juan Carlos Arteche ha marcado el empate de cabeza y en el último minuto, le ha
dado la victoria a los colchoneros, con otro testarazo marca de la casa". En un semáforo cercano
de Avenida de América, a punto de enfilar la Nacional-II, Uría padre detiene el viejo Chrysler y se
dirige a su hijo: "Es que Arteche los tiene bien puestos. La que tiene que estar contenta es su
mujer, que se sienta dos filas detrás de nosotros y el otro día sufrió mucho cuando le pitaron
por un fallo". Uría Jr. asintió, trató de recordar dónde se sentaba esa señora y se puso a imaginar,
camino a casa, cómo habrían sido los dos goles de "Artechembauer",
que después vería en el mítico "Estudio Estadio".
Muchos años después de aquellos dos truenos de Arteche ante el Betis en una noche de perros,
Uría senior había retirado su carnet de socio por la nefasta gestión "gilista" y Uría Jr. intentaba ser
periodista. De esa guisa, durante una cena familiar y después de un programa televisivo, el hijo
charló con su padre: "¿Sabes con quién he estado hoy en el programa de María José Navarro?
Pues con Juan Carlos Arteche, el mítico "Artechembauer". Está como siempre, hecho un
fenómeno y sin pelos en la lengua. Ha vuelto a pedir un Atlético sin Giles, limpio, honesto. Un club
que sea de todos y no de dos". Mi padre me miró fijamente y no dudó en sentenciar:
"Rubén, ya no quedan tíos como Arteche. Con este, el molde se rompió. Si hubiera más Arteches
en la vida, habría menos dirigentes como los Giles en la vida". Juan Carlos Arteche llegó al Atlético
en 1978, procedente del Racing de Santander, ganó la Copa del Rey de 1985 ante el Athletic, la
Supercopa de España ante el Barça y fue miembro de aquel pedazo de Atleti que sucumbió en la
final de la Recopa ante el Dinamo de Kiev. "Artechembauer" era un defensa a la antigua usanza.
Un seguro de vida por arriba, un central durísimo pero noble y un hombre que miraba a los ojos.
Dejó su huella en el Atlético, siempre tuvo el cariño de la grada y fue un líder en el vestuario.
Después de diez años partiéndose la cara por el Atleti, en 1988, Arteche, Landáburu, Quique
Ramos y Setién fueron despedidos por Gil. Arteche no se arredró, defendió un club más limpio
y siempre dejó claro que el estilo de aquellos dirigentes poco o nada tenía que ver con las formas
señoriales del Atlético al que él llegó. Denunció ante Magistratura y ganó por despido improcedente.
Se retiró en 1989, a los 32 años, después de jugar 308 partidos (304 como titular), marcando 18
goles. Fue el cuarto jugador con más partidos en la historia del Atlético por detrás de Adelardo (401),
Tomás (367) y Collar (338). Esta noche, Arteche falleció en Madrid, en la Fundación Jiménez Díaz,
a los 53 años. Luchó como un jabato contra una larga enfermedad, pero acabó comprendiendo que
en esta vida, la muerte es el único partido que no se puede ganar. Como central
del Atlético fue un titán. Como opositor al Gilifato fue un referente.
Y como persona, fue un 10. "Artechembauer", descanse en paz.
Rubén Uría / 13 oct 2010
Eurosport
http://es.eurosport.yahoo.com/futbol/ruben-uria/article/15100/
1.03.01
ATLETISOY- .
Semblanza de un hombre y un mito
Semblanza de un hombre y un mito
Poco puedo decir de Glaría o Griffa, aunque de muy pequeñito les vi jugar, mis recuerdos
son muy vagos. A Ovejero y al Cacho Heredia les recuerdo mejor, tipos fuertes, el primero
más tosco, el segundo mejor pelotero, sin duda. Imponían su ley en
el centro de la zaga Expeditivos y duros, que no violentos.
Luego llegó Pereira, mi primer amor, sin mariconás. Era puro arte, lo hacía todo fácil, incluso
lo más complicado, un túnel, un regate al borde del área, un despeje de tacón...y siempre con
una sonrisa en la boca. Él imponía su estilo, su elegancia, su carisma, ésa
era su ley. No era brusco, no necesitaba hacer faltas. No le recuerdo
una expulsión salvo en el Mundial del 74 con Brasil
Juan Carlos fue su alumno aventajado. Llegó al Club en 1978, con 21 años. Yo tenía 16.
La edad apropiada para convertir al montañés en un ídolo de mi juventud. Desde el primer
momento me embriagó su casta, aún siendo tan joven. Aunque no era de extrañar ese carácter.
El de Maliaño perdió a su padre con la edad de seis añitos y poco tiempo después ya tuvo que
esforzarse en sacar adelante la economía familiar, descargando sacos de cemento en el puerto
de Santander por poco más de 600 pesetas. Pero su pasión por el fútbol le hizo duplicar
esfuerzos y pronto ingresó en el Santander. Con su primera ficha de junior le compró a su madre
la “labarakaldesa”, una lavadora que se agenció tras un partido en
Barakaldo, de ahí el mote que le pusieron en casa al artefacto.
Eran tiempos muy duros, de partidos “norteños” que diría algún tiempo después un periodista
deportivo, posiblemente malo, pero sin duda entrañable. Y un jugador del Santurce, jugando
cedido en el Torrelavega, le rompió la nariz de un codazo de esos que, por muy alevosos que
fueran, nunca suponían tarjeta roja. Eran hombres jugando contra hombres y, Juan Carlos,
era y fue toda su vida, ante todo, UN HOMBRE, sí con mayúsculas.
Tras este incidente que acredita que no siempre la nariz de Arteche fue tan ...así, tan suya, pronto
los ojeadores se fijaron en él al destacar por su potencia, su envergadura y... sus narices.
Subió al primer equipo y coincidió posteriormente con otros futuros atléticos,
Marcos Alonso y Quique Setién. Su primer sueldo 200.000 pesetas.
Y en 1978 llega al Atleti de la mano de Héctor Núñez, junto a Guzman y
Navarro y debuta precisamente en el Sardinero un 4 de agosto.
De la mano de Luiz Pereira aprendió lo que no está en los escritos. Cómo colocarse, cómo saltar,
cómo tirar un fuera de juego, a sacar el balón jugado (bueno, esto casi lo aprende). Disfrutó de él
dos años, hasta que el brasileiro , como le gusta decir al Sabio, regresó a su Palmeiras en 1980.
Luego vendría para apoyarle otro norteño, Goicoechea. Pero el referente de esa
defensa y del equipo entero fue Arteche. Su personalidad desbordaba al resto,
muchos de ellos salidos de la cantera rojiblanca. Se convirtió en el lider
y se ganó el corazón de la afición que estaba con él a muerte.
Llegó la internacionalidad con gol incluido en otro partido norteño, pero en Europa. Fueron cuatro
sus partidos con la selección si la wikipedia no falla. Y llegarón sus 14 goles,
entre ellos los dos míticos bajo la lluvia del Manzanares al Betis. Y llegó
una Copa, una Supercopa de España y la maldita final de Lyon.
Todo eso llegó, hasta Jesús Gil, por desgracia, llegó. Y bien que lo sufrió en sus carnes, pero la
vida le había golpeado tan de pequeñito que, junto a Landáburu y Setién hizo frente
impasible y cargado de razón al despido que el apropiador indebido les preparó.
La justicia le dio la razón, pero la vida no le ha hecho justicia y se lo lleva con 53 años, no sin
luchar como un coloso contra su temible y, por esta vez, imbatible enfermedad.
DESCANSE EN PAZ EL CAPITÁN, DESCANSE EN PAZ EL HOMBRE.
APLASTAAAAAA ARTEEEEECHE !!!
Jesúskun 13 de octubre de 2010
http://atletisomosnosotros-jesuskun.blogspot.com/2010/10/semblanza-de-un-hombre-y-un-mito.html
4d185d1b-1e82-4cbc-9d83-99734baf2b32Poco puedo decir de Glaría o Griffa, aunque de muy pequeñito les vi jugar, mis recuerdos
son muy vagos. A Ovejero y al Cacho Heredia les recuerdo mejor, tipos fuertes, el primero
más tosco, el segundo mejor pelotero, sin duda. Imponían su ley en
el centro de la zaga Expeditivos y duros, que no violentos.
Luego llegó Pereira, mi primer amor, sin mariconás. Era puro arte, lo hacía todo fácil, incluso
lo más complicado, un túnel, un regate al borde del área, un despeje de tacón...y siempre con
una sonrisa en la boca. Él imponía su estilo, su elegancia, su carisma, ésa
era su ley. No era brusco, no necesitaba hacer faltas. No le recuerdo
una expulsión salvo en el Mundial del 74 con Brasil
Juan Carlos fue su alumno aventajado. Llegó al Club en 1978, con 21 años. Yo tenía 16.
La edad apropiada para convertir al montañés en un ídolo de mi juventud. Desde el primer
momento me embriagó su casta, aún siendo tan joven. Aunque no era de extrañar ese carácter.
El de Maliaño perdió a su padre con la edad de seis añitos y poco tiempo después ya tuvo que
esforzarse en sacar adelante la economía familiar, descargando sacos de cemento en el puerto
de Santander por poco más de 600 pesetas. Pero su pasión por el fútbol le hizo duplicar
esfuerzos y pronto ingresó en el Santander. Con su primera ficha de junior le compró a su madre
la “labarakaldesa”, una lavadora que se agenció tras un partido en
Barakaldo, de ahí el mote que le pusieron en casa al artefacto.
Eran tiempos muy duros, de partidos “norteños” que diría algún tiempo después un periodista
deportivo, posiblemente malo, pero sin duda entrañable. Y un jugador del Santurce, jugando
cedido en el Torrelavega, le rompió la nariz de un codazo de esos que, por muy alevosos que
fueran, nunca suponían tarjeta roja. Eran hombres jugando contra hombres y, Juan Carlos,
era y fue toda su vida, ante todo, UN HOMBRE, sí con mayúsculas.
Tras este incidente que acredita que no siempre la nariz de Arteche fue tan ...así, tan suya, pronto
los ojeadores se fijaron en él al destacar por su potencia, su envergadura y... sus narices.
Subió al primer equipo y coincidió posteriormente con otros futuros atléticos,
Marcos Alonso y Quique Setién. Su primer sueldo 200.000 pesetas.
Y en 1978 llega al Atleti de la mano de Héctor Núñez, junto a Guzman y
Navarro y debuta precisamente en el Sardinero un 4 de agosto.
De la mano de Luiz Pereira aprendió lo que no está en los escritos. Cómo colocarse, cómo saltar,
cómo tirar un fuera de juego, a sacar el balón jugado (bueno, esto casi lo aprende). Disfrutó de él
dos años, hasta que el brasileiro , como le gusta decir al Sabio, regresó a su Palmeiras en 1980.
Luego vendría para apoyarle otro norteño, Goicoechea. Pero el referente de esa
defensa y del equipo entero fue Arteche. Su personalidad desbordaba al resto,
muchos de ellos salidos de la cantera rojiblanca. Se convirtió en el lider
y se ganó el corazón de la afición que estaba con él a muerte.
Llegó la internacionalidad con gol incluido en otro partido norteño, pero en Europa. Fueron cuatro
sus partidos con la selección si la wikipedia no falla. Y llegarón sus 14 goles,
entre ellos los dos míticos bajo la lluvia del Manzanares al Betis. Y llegó
una Copa, una Supercopa de España y la maldita final de Lyon.
Todo eso llegó, hasta Jesús Gil, por desgracia, llegó. Y bien que lo sufrió en sus carnes, pero la
vida le había golpeado tan de pequeñito que, junto a Landáburu y Setién hizo frente
impasible y cargado de razón al despido que el apropiador indebido les preparó.
La justicia le dio la razón, pero la vida no le ha hecho justicia y se lo lleva con 53 años, no sin
luchar como un coloso contra su temible y, por esta vez, imbatible enfermedad.
DESCANSE EN PAZ EL CAPITÁN, DESCANSE EN PAZ EL HOMBRE.
APLASTAAAAAA ARTEEEEECHE !!!
Jesúskun 13 de octubre de 2010
http://atletisomosnosotros-jesuskun.blogspot.com/2010/10/semblanza-de-un-hombre-y-un-mito.html
1.03.01
ATLETISOY- .
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