La depresión permanente

'Enero negro' en el Manzanares
La depresión permanente

* Los títulos de 2010 no eliminan la sensación
de estafa en los socios atléticos

* Salvo remontada copera, sólo jugará la
Liga y un cuarto puesto como meta



Una inmersión en blogs y páginas de Internet de la afición del Atlético de Madrid muestra
una fotografía realista del estado de depresión y de decepción de los hinchas rojiblancos.
"Cerezo y Gil Marín, dos grandes merengues, siguen su obra de destrucción", escribe un
activista del Manzanares para encabezar su comentario sobre el partido del jueves contra
el irrealmandril en el Santiago Bernabéu (3-1). Son historias parecidas a las que se han
podido leer o escuchar, temporada tras temporada, desde hace ya casi
15 años. Desde aquel doblete Liga-Copa, cumbre del 'gilismo'.

Los títulos europeos de 2010 no han borrado la sensación de estafa que recorre las gradas
del Vicente Calderón. La Europa League y la Supercopa se celebraron con alegría desbordante
después de 14 años sin nada, pero el maquillaje ha vuelto a desmoronarse. Y alguien recuerda
que la era 'post doblete' de los 90 acabó con los rojiblancos en Segunda. Sobre todo en
momentos de bache, como los actuales, cuando parece que a Quique Sánchez Flores
se le han terminado las ideas que tan buen resultado dieron la
temporada pasada, cuando sustituyó a Abel Resino.

García Pitarch se reúne con Quique

La afición esta enfadada y la cúpula anda inquieta. El entrenamiento de recuperación de este
viernes lo dirigió el adjunto de Quique, Francisco Escribá, mientras que el entrenador charlaba
durante una hora con el secretario técnico del club, Jesús García Pitarch, el responsable
de los fichajes y las ventas de la primera plantilla, que bajó a los
campos de práctica del Cerro del Espino, en Majadahonda.

Abundan la tristeza y la resignación, la palabra que brotó de los labios del presidente del Atlético
de Madrid al salir del palco del Bernabéu con una nueva derrota, la décima tercera de los últimos
18 derbis. Empates en los otros cinco: no hay victorias rojiblancas desde el 30 de octubre de 1999.

No hay razón para extenderse en explicaciones: a una jornada de la mitad de la Liga, Barcelona y
irrealmandril le sacan 22 y 20 puntos, respectivamente, al Atlético. El Villarreal lo aventaja en nueve
y Valencia en siete. Y el Espanyol, que ganó en el Calderón en Liga y perdió la eliminatoria de
octavos, tiene cuatro puntos más. El lunes, tercero consecutivo, acabará la primera vuelta contra
el Mallorca de Michael Laudrup, que cuenta con los mismos 27 puntos que los rojiblancos.

Los socios del Atlético que se forjaron escuchando historias de éxitos y grandezas no conciben
que una ciudad de 51.000 habitantes, como Villarreal, albergue un club mejor gestionado y más
competitivo que el del Manzanares, que cuenta con 48.500 socios. Y eso que compraron a Forlán.
Anotan entradas y salidas de jugadores poco comprensibles mientras ven al equipo
amarillo responder de inmediato a una lesión como la de Ángel:
Cicinho llega cedido desde la Roma en menos de 48 horas.

Sin expectativas de remontada

Los socios del Atlético se enteran de que en unos años deberán ver los partidos en otro estadio
y comprueban no solo que los dos grandes cada temporada están más lejos, sino que su Atleti
pierde casi sin remedio ante los rivales directos, los de 'su' Liga. El objetivo máximo del club en
este torneo es terminar cuarto. Y, por lo que parece, firmar acuerdos con
clubes árabes, chinos o indochinos para 'consolidar la imagen de marca'.

El Atlético casi nunca estuvo a la altura de Barcelona y irrealmandril, pero sus enfrentamientos solían
ser igualados y tensos. Hoy en día, los derbis de la capital han perdido color. Las expectativas
de remontada de los atléticos en el partido de Copa del jueves próximo
están minadas por la resignación que se manifiesta en todo.

Eliminado de la Europa League, con la Copa seriamente amenazada por el irrealmandril, el
campeonato largo apunta a ser el único marco de rehabilitación...
O un paso más hacia el centro de la mediocridad.

F. Llamas | Madrid 14/01/2011
elmundo.es