Raúl García vs Venturin

Raúl García vs Venturin

Como bien detalla el compañero David Briz, la muchachada nueva que ha recalado
en el Calderón está siendo sinónimo de fiasco, o sea, lo que casi todos barruntaban
para no romper una constante histórica. En los novatos, hay ecos de la desgana
Pilipauskas, del mal hacer de Villareal, de la torpeza de Lukic, el
infortunio del Tren Valencia, la mediocridad de Venturin...

Los recién llegados guardan algunos denominadores comunes con otro fichaje que
pintaba bien, pero que ha acabado usando tapones para los oídos ante la música de
viento que le tributa la grada: Raúl García Escudero. Tanto el pamplonica como la
mayoría de los fichajes que vinieron, vienen y han de venir firmarían estos
mandamientos para poder vestir la misteriosa camiseta atlética
(que como la kryptonita, una vez que te la enfundas,
adiós a los pocos poderes con los que viniste):

1) Aterrizaje con vitola de crack (o en ciernes), varios equipos tras sus pasos y
la inflada mentira (que siempre encarece el fichaje) de gusta mucho en la Premier",
o "el Barça y la Juve tras su pasos" y otras bolas de gran calibre.

2) Suele jugar habitualmente en la sub 21 de aquí o de su país, pero la selección
absoluta es un horizonte muy muy lejano y muy muy exigente.

3) Debido a su juventud o su topre voluntariedad, en la primera temporada goza de
la indulgencia de la grada, que no sabe cómo calificar el adefesio.

4) Lánguidamente, se va diluyendo, incapaz por ineficacia o conformismo monetario de
entrar en el selecto club de jugadores con auténtica clase, la gama de los
imprescindibles. La esperada consolidación nunca sucede y la
apetitosa fruta que se compró resulta no saber a nada.

5) Aunque quedan constatadas y contrastadas sus carencias, mágicamente, el fichaje
acaba jugando año tras año ante el estupor y la indignación de la parroquia. Why?

Cada jornada que pasa y ante las prestaciones de su pupilo bahiano, José María
Petón no sabe cómo justificar las malas actuaciones de su representado. Porque Raúl
García ha jugado en todas las posiciones posibles, ha gozado de muchos más minutos
de los que merece y, simplemente, no ha rendido. En su idónea, casi idílica
circunstancia, Raúl debió dar un paso para adelante, un puñetazo en la mesa para
atornillarse al centro del campo del Atleti.Y no lo ha hecho porque no le ha dado
la gana, no da más de sí (que no es el caso) o vaya usted a saber por qué razones
anímicas. A día de hoy no acosa, no mete goles, no destruye, no amalgama a la
defensa, no ayuda a Thiago, y para más inri tampoco brilla como mediapunta que,
según sus defensores, es su emplazamiento óptimo. ¿Dónde andas Juan Vizcaíno?

Yo creí en el navarro. Mucho. Arrancó bien junto a Maniche y parecía tener otras
hechuras, otro empaque de centrocampista de cabeza alta, juego en largo y pegada
ambidiestra. Tras cuatro años, sólo se salva la gran final que hizo contra un
(cansadísimo) Inter en Mónaco. Para que el extraño caso de Raúl García culmine
en éxtasis teatral debe volver a Osasuna, o fichar por el Bilbao o el Mallorca,
regresar al Calderón, comerse la cancha, hacer el partido de su vida
y marcar el gol de la victoria. Misteriosamente, así será.
No hace falta preguntar al pulpo Paul.

Blogiblanco / J. Caballero
25 FEB 2011
elmundo.es

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