Naufragio en el Manzanares

Naufragio en el Manzanares



Basta ya de marear a una afición que, pese a todo, se mantiene tan fiel a sus
colores. Cada temporada, a incertidumbre atraca en la ribera del Manzanares.
Y cada temporada, los colchoneros vuelven a renovar con resignación sus
abonos con derecho al sufrimiento. Los indignados de la Puerta
del Sol madrileña no lo están más que los del Atlético.

El Atlético de Madrid no puede ni debe continuar así. Sus socios, abonados y
simpatizantes deben plantarse ya. Los cánticos al unísono pidiendo dimisiones
de la “bicefalia” rojiblanca ya no son suficientes. El Atlético no puede estar
ganando un año y perdiendo diez. El vestuario no puede permitirse más
entradas con salidas urgentes y de madrugada por la puerta de atrás. No es
admisible crear ilusión, ganar y, solo un año después, sembrar de nuevo la
destrucción. El Atlético de Madrid ha dejado de ser lo que fue para convertirse
en un negocio familiar en el que los títulos solo sirven para
vender y no para dar estabilidad a un equipo campeón.

La marcha del Kun no es un desprecio del jugador al club, sino culpa de quienes lo
“dirigen”. Si De Gea desea defender los colores del Manchester United y no los de
sus amores, no es por falta de cariño y respeto al Atlético, sino porque se ha dado
cuenta del desorden deportivo. Cuando Forlán vista otra camiseta que no sea la
rojiblanca, no será una sorpresa, ya que el uruguayo nunca amó ninguna de las que
vistió pero sí las defendió con entrega, pasión y profesionalidad. A Forlán tampoco
podrán convencerle para que se quede porque con él no han sido sinceros
desde sus desavenencias con el entrenador y algunos compañeros.

El Atlético tenía un entrenador ganador, Quique Sánchez Flores, que trajo títulos.
Esos triunfos no han servido para anclar un barco de vaivenes que lleva muchos
años despistando a sus simpatizantes, cansados ya de sentirse engañados por unos
“dueños” que sólo miran por sus propios intereses. Éstos, en lugar de buscar una
navegación estable, surcan a la deriva por un mar en calma que ellos agitan
hasta crear un tsunami que hace naufragar su histórico navío.

El Kun, un grande del fútbol mundial, no puede ni quiere seguir en una institución
agujereada. La estrella rojiblanca ha visto cómo, después de dos títulos, el club se ha
ido deteriorando tanto que se ha quedado sin futuro ganador a corto plazo. Agüero
quiere seguir creciendo, ganando, y ve que con Gil y Cerezo no lo conseguirá. Su
proyección deportiva se está cortando. Y en esta vida no sólo es dinero lo que te
retiene en un lugar, sobre todo si ya tienes suficiente “parné” y lo que buscas es gloria
y títulos. Al argentino le ha costado una enfermedad la decisión de marcharse. Él lo
tenía decidido desde el momento en el que a su entrenador no le respetaron
las peticiones que hizo en verano y en el mercado invernal.

Agüero ya no es un proyecto, es una estrella del fútbol mundial que necesita títulos
cada temporada y necesita sentirse rodeado de expertos marineros que le ayuden a
no jugarse su prestigio en cada travesía. Eso es para los
grumetes y el yerno de Maradona ya es todo un capitán.

¿R. Madrid? ¿Barça? ¿City? Qué más da. Lo peor está por llegar. Basta ya de vender
un humo que a los rojiblancos les impide ver lo que lleva sucediendo en el club de sus
amores. Los sufridores y ahora indignados seguidores rojiblancos, acamparán a la
orilla del rio para protestar, esta vez muy en serio, en contra de los dueños de sus
sueños rotos; hartos ya de hacer, año tras año, el indio. ¡Aúpa Atleti!

Iñaki Cano, 24/05/2011
sportyou.es

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