Bozales para todos

Bozales para todos



Mañana mismo voy a a colgar una rojigualda con el águila imperial (o una
serpiente terrorista) en la ventana que da al parque para ahuyentar a las
golondrinas que vienen sus nidos a colgar. Ya en el ascensor le diré a la
que limpia el rellano que porque no se vuelve a fregar la mierda de país o
el pueblo de Badajoz de donde procede. De camino, le pediré al guarda del
parking, que tiene un poster del irrealmandril en la garita, que haga el favor
de morirse deprisita. Y que no se me acerque mucho en el supermercado
ese guineano que me abre la puerta mientras sujeta con la mano izquierda
un ejemplar plastificado de La farola. Lo tengo decidido. Me comprometo a
seguir esta conducta a diario, con regularidad y disciplina,
para que me expidan el certificado de hooligan de
primera y mi cerebro se jibarice como procede.

Cada domingo iré a la grada a rebuznar. Sin coerciones, castigos, reprimendas
o multas, podré cantar apología de terrorismo de todo signo, airear mofa
asquerosa hacia futbolistas que murieron trágicamente o desear el óbito a coro
a ese rival que, simplemente, es un hijoputa por jugar como visitante. El caso
es menoscabar al contrario, miccionar en sus cuencas oculares mientras agoniza.
Los niños memorizarán mis canciones. Como el domingo pasado en el Calderón,
como cada semana en tantos campos de fútbol. Lo volvemos a decir desde estas
líneas. Señores de Antiviolencia, abrevien la sobremesa en Txistu y metan en
vereda a las aficiones que con sus tonadas cometen crímenes de lesa humanidad.
Repartan bozales, chapen estadios, paren partidos. Nadie merece escuchar
barbaridades que aquí no vamos a repetir (Puerta, ETA, Juanito, Jesús Gil,
Mourinho, Cristiano, Agüero, Mijatovic, Arteche, Chendo, Del Corral.
etc etc etc). ¿Dónde está el límite? ¿Hasta cuándo?

La palabra también enjendra violencia, muchísima, se engarce en endecasílabo o
en rima asonante. Más si es amplificada por orfeón de mendrugos. Si llamar zorra
a la propia esposa no es ni siquiera insulto (según un juez al que podríamos
denominar por tanto como "zorrero"), pues imaginen qué lindezas se quedan
sin castigar en el marco de este opio balompédico que tiene narcotizada a
España entera. Hacer daño oral sale gratis porque las palabras se las lleva
el humo del puro del que se sienta al lado. "Eta mátalos".
"Negros no, España no es un zoo". Qué risa.
Qué asco. Qué bien riman los muertos.

Blogiblanco - J. Caballero
04 OCT 2011 elmundo.es

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