El Atlético vuela y se frena

El Atlético vuela y se frena



La euforia inicial, con los goles de
Salvio y Adrián fue enfriada por Simao

Escaso ambiente en el Calderón, donde
el Besiktas apenas mostró fútbol

Los rojiblancos deberá refrendar su
superioridad en el İnönü de Estambul

Europa es la aspirina del Atlético, la que le despeja los males y las dudas,
la que le reencuentra con el triunfo. Todo, o casi todo, sale bien en esta
competición que tan buenos y recientes recuerdos trae a la parroquia
rojiblanca. Casi todo porque lo que pudo ser una tarde impresionante se
quedó en una primera parte para el recuerdo y en un buen resultado, que
no excelente, para la vuelta en Estambul. Sea por el cansancio acumulado
o por la reacción de un Besiktas que había tocado fondo, el gol no
celebrado por Simao dejó una sensación de faena no rematada.

Pero antes de que se aplanara el asunto, antes de que se volviera plomiza
y traicionera la tarde, antes de eso hubo un Atlético magistral. Fue un
enorme rato de fútbol en el que se encarriló la eliminatoria. 45 minutos en
los que jugadores llenos de confianza estrangularon al rival
y le hicieron morder el polvo hasta en tres ocasiones.

El plan de Simeone era ahogar a un Besiktas que acudía con tantas bajas
como las suyas y muchas más incertidumbres. Había que explotar la falta
de serenidad atrás de los turcos e intentar que sus puñales ofensivos,
Quaresma y Simao, no tuvieran resquicios. Todo salió a la perfección.
O mejor. Desde el minuto dos en que una internada de Adrián dejó en
las botas del ayer desenfocado Falcao la primera oportunidad.

Tras esa salida hubo un corto periodo de extraña calma en el que los
otomanos, agazapados, parecieron querer engatusar al Atlético en su
conservador plan. Ahí, en el minuto 10 llegó el único zarpazo visitante,
un disparo lejano y duro de Fernandes. No tardaría en tocar a rebato el
Atlético. Fue en la banda derecha donde encontró el filón. El resorte fue
una potente cabalgada, otra vez de Adrián, que cedió a Koke para que
se la pusiera de lujo a Salvio. No llegó el primero por un suspiro.

Delirio y castigo a Quaresma

El huracán ya se había desatado. Aunque más clara fue la siguiente llegada,
una pared entre Salvio y Falcao que el colombiano falló. Era el último aviso.
Salvio, que estaba en todas, rompió la resistencia con un preciso tanto.
Bajó el pase largo y preciso de Koke, avanzó con un autopase y batió a
Cenk con la izquierda. Tres minutos después, otra vez el Toto, en vena,
otro pase de Koke, esta vez materializado con la derecha por el argentino.

Lástima que la hora no ayudara a un Calderón repleto, porque los de
Simeone, tras cinco partidos sin ganar en Liga, estaban mostrando un
rostro demoledor. El Besiktas era un pelele, sin alma, sin tensión, a verlas
venir con un Atlético en tromba. Un error en el centro del campo de Uysal
fue agradecido por Adrián para firmar uno de los goles de la temporada.
Avanzó el asturiano hasta la frontal, se detuvo con serenidad al no encontrar
con quien combinar, alzó la vista y volvió a arrancar para colarse
entre los defensas, cual Messi, y sortear a Cenk. El delirio.

Reaccionó Carvalhal al descanso castigando a su compatriota Quaresma,
desaparecido. Adelantó la defensa y aumentó ligeramente la agresividad.
Y, aunque no inquietó demasiado al Atlético, sí que logró frenar la sangría
de antes. Es más, un golazo de Simao a la salida de un córner dio vida a
una eliminatoria que no tenía porvenir. No hubo mucho más en la segunda
parte, apenas algún arreón rojiblanco (un disparo de Koke en el 75), ya
sin el sustituido Adrián, y una clara ocasión postrera de Holosko que
hubiera significado un excesivo castigo. El Atlético viajará al temido
Estambul con un resultado propicio y con la sensación de que en Europa
todo es más lindo. Esta es la sexta victoria consecutiva
en una competición en la que el balance no puede ser
mejor: 11 triunfos, un empate y una derrota.

L. Sáez-Bravo | Madrid
08/03/2012 elmundo.es