El Valencia pincha la fiesta del Calderón a balón parado

El Valencia pincha la fiesta del Calderón a balón parado



Espectacular partido de Atlético con Arda incontenible y
Adrián y Falcao de ejecutores hasta borrar del mapa
a un Valencia incapaz de pisar campo ajeno

El equipo de Emery se encontró sus dos goles a balón
parado (Jonas y Ricardo Costa) en sendos descuentos

El Atlético se ganó el derecho de vuelo directo hacia Bucarest sin escala
en Valencia, pero sendos despistes en ambas prolongaciones en la
defensa del balón parado lo dejan en interrogante. El ventilador de Arda
acorraló al visitante por su costado, y Adrián y Falcao sacaron el estoque
con un par de golazos de autoría celestial. El local lucía su reserva por
anticipado en la final con un un hit rojiblanco de poder y pasión, que
maltrató a un visitante menor, superado en todas sus líneas. Y cosas del
fútbol, Ricardo Costa rescató del pozo las esperanzas che con otro golpe
a balón parado antes de pitar el árbitro. Demasiada premio porque piezas
de valor como Soldado, Tino Costa, Topal, al que le pasaron por encima,
fueron invisibles en Madrid. Aún así, queda partido para Mestalla.

Primer round sin contemplaciones en un Calderón que no se llenó del todo
y en el que Del Bosque tomaba notas sobre laterales. El Cholo cambió a
Arda de la banda en la que venía jugando últimamente y éste le dio de
comer al Atlético en una media hora imponente. Se embaló el Calderón por
el costado izquierdo del turco, con la ayuda de Adrián, algo lentón al
principio, y algún desdoblamiento de Juanfran. Pero el teórico lado fuerte
de Mathieu y Jordi Alba tembló por el poderío del atleta, un caudal. Su
producción fue rentable a la tercera. Arrancó birlando la cartera a Jordi
Alba dentro del área y cedió a un Diego cuyo remate cruzado despejó
Diego Alves de estirada, medio gol. Y otra más en una jugada personal
de Adrián, que se olía la chamusquina por allí. Su tiro blandito también
salió demasiado centrado. Pero, pasado el cuarto de hora, el ardor de
Arda sacó los colores al central Rami. Le ganó un balón agresividad
sobre la línea de fondo y porfió un pase para que Falcao
adelantase su cabeza sobre el otro central, Víctor Ruiz.
Primer estallido de felicidad del Calderón.

Al Valencia le costó horrores vivir apenas unos segundos en campo
contrario, pero igualó el combate con la cabeza de Rami, un quebradero de
cabeza en las jugadas a balón parado. Ya avistó medio gol en un córner
que rozó el palo y en el excesivo descuento antes del descanso llegaría el
castigo que los rojiblancos no se explicaron. Porque el Atlético se cosió
perfecto, muy junto arriba atacando y defendiendo. Topal perdía un duelo
tras otro en la presión exprés rojiblanca sobre la salida de balón. Feghouli
tampoco se enteraba y pagó la impotencia con un codazo sobre la cara de
Gabi, que era su expulsión puesto que ya lucía una en un agarrón Luis Filipe.
Protestaba el Cholo al cuarto árbitro, cuando la cabeza de Rami ganó otro
balón parado que remató sobre la línea Jonas, al que como a
Soldado aún no se le había visto el pelo. Menudo palo,
con el Cholo y el Calderón ardiendo en prostestas.

Monumental Atlético y castigo por el aire

Frenesí rojiblanco a la vuelta de vestuarios. Miranda devolvió el golpe de
cabeza y a balón parado, con Rami como testigo bobo. El central de
Emery, poderoso en la portería contraria, ni siquiera saltó para defender
la suya en un centro que midió la seda de Diego. El Atlético se enganchó
de golpe y se conjuró para finiquitar la eliminatoria con sus cuatro de
arriba conectado. Adrián aprovechó otra indecisión de Topal, que parecía
un jugador distinto al del día del Bernabeú, para ver el cielo abierto desde
la frontal del área. La carrera en acelerón progresivo estuvo acorde su
clase para dejar atrás al central Víctor Ruiz. La definición,
perfecta con un toquecito colocado y cruzadito que
superó la salida de Alves. Una delicia de gol.

El Valencia no sabía qué hacer salvo en los balones parados en los que
el Atlético se enfollonaba. Arda y Adrián seguían porvocando pánico
cada vez que rondaban el área. Y por si faltaba algo, al dúo se sumó
también los que faltaban: Diego y Falcao, con Gabi y Mario
como agentes de seguros vigilando el tráfico.

El visitante, desconocido, incapaz de dar tres pases buenos. Emery
buscó la reacción ofensiva con Canales y Piatti, por unos Feghouli y
Alba superados en todo momentos. Soldado seguía por allí pero nadie
le buscó. Quién sí estaba presente era el mismo delantero -un tal Falcao-
que abrió el marcador. Y esta vez lo puso a sus pies. Pase de Diego para
el colombiano, que bordea el área en grande en carrera, se para en seco
y recorta a dos rivales para acabar soltando un misil tierra-aire que limpió
la escuadra de Diego Alves. Rozó el larguero y ¡booom! Locura en el
Calderón que se aguó con otro gol encajado en otro descuento y a balón
parado, una epidemia. Ricardo Costa cabeceó un córner del otro Costa
(Tino), limpio, fuerte y sin oposición cuando el árbitro se disponía
a pitar el final. En Mestalla quedan cosas por decidir.

Á. González | Madrid
19/04/2012 elmundo.es