Italia 1-1 Croacia - Italia, a cuadros

Italia 1-1 Croacia

Italia
Buffon; Bonucci, De Rossi, Chiellini; Maggio,
Marchisio, Pirlo, Motta (Montolivo, min.62),
Giaccherini; Cassano (Giovinco, min.83)
y Balotelli (Di Natale, min.69).

Croacia
Pletikosa; Srna, Corluka, Schildenfeld, Strinic;
Rakitic, Modric, Vukojevic, Perisic (Pranjic,
min.68); Jelavic (Eduardo, min.83)
y Mandzukic (Kranjcar, min.90).

Goles
1-0: Pirlo, min.39
1-1: Mandzukic, min.72

Árbitro
Howard Webb (ING) amonestó a Thiago Motta
y Montolivo por Italia y a Schildenfeld por Croacia

Incidencias
Segundo partido de la selección de Italia y Croacia
en el grupo C de la Eurocopa disputado en Poznan
(Polonia) ante unos 35.000 espectadores.

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Italia, a cuadros



Un apagón inesperado comprometió el futuro de Italia, que siempre presumió
de manejarse como nadie en la cuerda floja. Fue en Poznan, donde más que
sumar un punto se dejó dos ante Croacia, un rival inferior, aunque ambicioso,
crecido, con la disposición que se exige en estos torneos. El buen fútbol
italiano del primer tiempo, con Pirlo y Cassano a los mandos, se evaporó
tras el descanso, cuando el equipo de Prandelli confundió pragmatismo con
tacañería y dio más aliento del necesario al rival. Hasta que empató
Mandzukic, tres goles ya en Polonia, y hasta que Buffon sujetó el
postrero disparo de Kranjcar, en el último minuto del descuento.

Tenía los cuartos de final al alcance de la mano y se complicó más de lo
necesario Italia, que el lunes necesita ganar a los irlandeses para certificar
su pase. A ver quién se lo explica tras ver la primera hora de juego en el
Municipal de Poznan, gobernada sin mayor problema por la Tricolore, con
un fútbol convincente en todas las líneas. Volvió a funcionar lo planeado
ante España, con De Rossi en la línea de tres centrales y Balotelli como
referencia arriba. Al cuarto de hora, el delantero del City había
rematado tres veces hacia los palos de Pletikosa, con
esa potencia sin control que le ha hecho célebre.



Su mejor amigo sobre el campo era entonces Cassano, con libertad para la
pincelada suelta en la media punta. Por detrás, sacaba el periscopio Pirlo,
otro genio que sólo concibe el fútbol como pura creación. Con esa pareja,
Italia tenía lo que lleva reclamando desde que Del Piero y Baggio abandonaron
la selección. El rigor colectivo, fundamentado en Motta y De Rossi, se
proyectaba arriba con máximo peligro. Tras un peligroso acercamiento de
Marchisio, llegó finalmente el 1-0, obra y gracia de Pirlo, excelso en el
libre directo. Parecía el primer paso para un triunfo concluyente.

Porque hasta entonces, las noticias croatas se reducían a acercamientos
intermitentes, sin demasiada elaboración, latigazos inesperados como las
subidas de sus laterales. Una vez, un centro de Srna desde la derecha que no
alcanzó a culminar Jelavic. Por el otro perfil, alguna subida de Strinic, aunque
nada serio para Buffon ni para los centrales, felices por la nula influencia de
Modric, desentendido del juego en la medular, sin alcanzar
nunca las zonas donde juega como un demonio.



A la vuelta de la pausa, la situación parecía idéntica en el Municipal de Poznan,
por lo que Prandelli dio descanso a Motta, advertido con la amarilla, para meter
a Montolivo y más tarde a Di Natale, que tantas jaquecas había causado a
Casillas. Le seguía costando horrores a Croacia hasta que de repente empató
Mandzukic, preciso en el control y devastador en el derechazo. Había cuarto
de hora por delante y los italianos se habían quedado a cuadros. No hicieron
mejor cosa que guardar la ropa, capeando las acometidas del rival, entonces
ya reforzado por Eduardo. Caminó junto al precipio Italia, a un gol de una
situación crítica. Sin mirar hacia abajo, contuvo la respiración y arañó
un empate que no la condena pero que tampoco la absuelve.

M. A. Herguedas |14/06/2012
elmundo.es