GRECIA 1 - RUSIA 0 - Karagounis y el milagro griego

GRECIA 1 - RUSIA 0

Grecia
Sifakis; Torosidis, Papastathopoulos, Papadopoulos,
Tzavellas; Katsouranis, Maniatis; Salpingidis (Ninis,
min. 82), Karagounis (Makos, min. 66),
Samaras; Gekas (Holebas, min. 63).

Rusia
Malaféev; Anyukov (Izmayov, min. 80), Ignashévich,
Berezutsky, Zhirkov; Shirókov, Denísov, Glushakov
(Pogrevnyak, m.71); Dzagóev, Arshavin y
Kerzhakov (Pavlyuchenko, m.47).

Goles
1-0, m.47: Karagounis.

Árbitro
Jonas Eriksson (SUE). Mostró cartulina amarilla al
griego Karagounis (min. 60); y a los rusos
Zhirkov (min. 63) y Pogrevnyak (min. 91).

Incidencias
Último partido del grupo A disputado en el estadio
Nacional de Varsovia, ante cerca de 55.000
aficionados, de ellos aproximadamente
20.000 seguidores rusos.

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Karagounis y el milagro griego

El veterano jugador griego da la victoria a
Grecia y mete a su selección en cuartos



Será un fútbol sacado de la noche de los tiempos, pero le sigue funcionando a
Grecia, un equipo que sabe explotar sus mínimos recursos y competir mejor
que nadie. Decir que su juego es feo sería admitir demasiado, porque los griegos
no juegan, que eso es cosa de niños. Los griegos son tíos con muchas hormonas
que se juntan cada cuatro años para amargar a rivales como Rusia, que se quedó
con cara de tonta en Varsovia. No hubo heridos en los temidos enfrentamientos
de la previa. La víctima fue la selección de Dick Advocaat,
eliminada por un mito del fútbol como Giorgios Karagounis.

Un zorro este Karagounis, que aprovechó un triste saque de banda para dar aliento
a todo un país. Estaba al caer el descanso y había dado dos minutos de prolongación
el árbitro, vayan a saber por qué misteriosas razones. Falló por arriba Ignashevich y
el taimado Karagounis, 35 años, que andaba de aniversario definió con un tirito
cruzado. Merecida recompensa a sus 120 entorchados, con los que iguala el récord
de Zagorakis. Las ha visto de todos los colores este mito, debutante con la selección
allá por agosto de 1999. No podrá jugar los cuartos por acumulación
de amarillas, aunque a quién demonios le importa eso ya.



Lo relevante es que Grecia pasó como segunda de grupo y los rusos se quedaron
fuera, víctimas de su desidia y del gol de Jiracek en Varsovia. Un drama para la
Gran Madre Patria, con tanto talento desperdiciado, sobre todo en la media, con
Shirokov, Denisov y el añadido de Glushakov, sustituto del enfermo Zyryanov. Por
no hablar de Arshavin y Dzagoev, protagonistas de los mejores acercamientos en
la primera mitad. Apenas rasguños para Sifakis, último custodio de una defensa
pobladísima, que reducía su contacto con el balón a una sucesión de despejes
hacia destino indefinido. A menudo apuntaban hacia Samaras, escorado en la
izquierda, con esas melenas que apenas le dejan ver el horizonte.
Alguno también hacia Gekas, aún más perdido en la punta.

El caso es que marcó casi sin querer Grecia y el milagro multiplicó su fe. En la otra
banda, quiso cambiar la tendencia Advocaat, con Pavlyuchenko por Kerzhakov,
cuyo bagaje en el primer acto fue más bien pobre. Sin embargo, el problema, más
que en el delantero, residía en la actitud, tradicional tacha del fútbol ruso. Ni
Arshavin, ni Dzagoev amarraron las riendas en ese momento ante un rival
arrinconado sin remedio. Maniatis, de volante, pasó a tercer central y Samaras
de ayuda de cámara de su lateral. Tan atascada se notaba Rusia, que sus
opciones quedaron reducidas a dos disparos lejanos de Denisov.



Casi a la desesperada, Advocaat fue dando paso a todo su arsenal, desde
Pogrebnyak, que un día va a romper la camiseta de tanto músculo, hasta Izmailov,
repudiado en los últimos tiempos en favor de Dzagoev. Ni una tuvieron entre los
dos porque la más clara cayó de nuevo en la cabeza de Dzagoev,
servido desde la derecha por Arshavin. Lamió el palo
ese remate y ahí murieron las opciones rusas.

M. A. Herguedas | Kharkiv
17/06/2012 elmundo.es
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