Francia, a pensar en 'rojo'

Francia, a pensar en 'rojo'



Flojo partido del equipo de Blanc, que
cedió ante el empuje sueco (2-0)

Zlatan Ibrahimovic firmó uno de los
goles más espectaculares del torneo

Un punto es lo que Francia vino a buscar a Kiev. Y se llevó nada menos que un
severo toque de atención, una derrota ante una Suecia que nada se jugaba (2-0)
y un cruce con España en cuartos de final. Los 'bleus' mostraron un
fútbol de salón, ineficaz ante el vigor del grupo guiado por
Zlatan Ibrahimovic, autor de un golazo de bandera.

Gasta orgullo el equipo de Erik Hamren. Su fútbol tosco se basa en el juego
aéreo y la inspiración de Ibra. Por alto, precisamente, llegaron sus dos primeras
ocasiones, al poco de empezar, desperdiciadas por Larsson y Toivonen, que
estrelló la pelota en la madera. Prometedora puesta en escena para un
equipo que para pocas que sabe hacer, procura hacerlas bien.

Avisos nada más para Laurent Blanc y su política de rotaciones, con Ben Arfa y
M'Vila en lugar de Ménez y Cabaye. No estuvieron a la altura las caras nuevas,
como tampoco Nasri, y bien que lo notó Francia. Convencidos de que
bastaba con el empate, se quedaron sin un ápice de ambición.

Al regreso del descanso vendría lo peor para los franceses, cuando Wilhemsson,
sin ayuda de nadie, cambió el panorama por completo. En cinco minutos, el
extremo tomó las medidas de la cintura de Debuchy y más tarde los guantes del
portero. Fue el primer aviso serio de verdad, prolegómeno del zarpazo de
Ibrahimovic, una maravilla en escorzo que dejó helado a Lloris. El mejor gol en
10 días de Eurocopa, el delirio de más de 10.000 suecos, que por
hacerse notar, hasta pitaron a la pobre afición local, cuando
se animba con gritos de ¡¡Ucrania, Ucrania!!

Quiso Blanc responder con Malouda en lugar de Ben Arfa, con un paupérrimo
balance en su flanco. Demasiado tarde ya, porque siguió sin conectar el tridente
galo y sólo Mexes y Benzema quedaron cerca del empate. En la penúltima contra,
los suecos incluso hicieron más fortuna en botas de Larsson.
El Olímpico, sede de la final, quedó demasiado grande
a los franceses. Y España llega el sábado al cruce.

M. Á. Herguedas | Kiev
20/06/2012 elmundo.es