La buena estrella

La buena estrella



Un golazo del Cebolla en el descuento
resuelve un partido mediocre

Los checos, todo disciplina, negaron
los espacios a un Atlético sin ritmo

Le sale todo al Atlético, favorecido ahora por los dioses del fútbol, los mismos que
hace un año se mofaban de su destino. Le sale hasta la estrategia en el último
minuto del descuento, el instante escogido por el Cebolla Rodríguez para endilgar
un zurdazo a la escuadra. La única manera de resolver una de sus noches más
obtusas ante un Viktoria todo disciplina. La mejor manera de hacer estallar de
gozo a Simeone y al Calderón, cada vez más convencido de que
este equipo, además de fútbol y victorias, goza de buena estrella.

Peligró la racha de victorias europeas del vigente campeón, que sumaba 14 desde
aquél 4-0 ante el Udinese, entonces con Goyo Manzano a los mandos. Tanto ha
cambiado el cuento que mejor no hacer sangre. Ahora, hay una idea clara, solidez,
alternativas... Y todo el viento sopla a favor, porque hasta en las malas llegan los
resultados. Da igual formar con una alineación sin ocho de los habituales, incluida
una defensa insólita. Poco importa el escaso caudal ofensivo cuando el Cebolla cuelga
un balón en el ángulo. Así se arreglan las cosas en estos tiempos por el Manzanares.

Un mal partido, sin ritmo, sin ocasiones, puede resolverse con una volea. El pase en
cortito de Emre y la precisión del Cebolla, quizá el que más lo intentó durante toda la
noche. En un primer tiempo nefasto y en la no menos mediocre continuación.
Demasiados problemas para organizar el juego ante un rival bien armado atrás. Mucho
más sólido, por concretar, que el Hapoel, barrido hace dos semanas en Tel-Aviv.
Sin agobios ante el escaso empuje de Adrián, Koke o Diego Costa.

Era la apuesta de Simeone, que insiste en el reparto de esfuerzos como única vía hacia
el éxito. Otra oportunidad para Asenjo, Kader, Pulido, Cata, Cisma, o Emre, por citar a
los menos habituales en Liga. Una apuesta firme, por mucho que el resultado no sonriera
durante 91 minutos. Un plan irreprochable, pese al pobre desempeño ofensivo.
Todo le sale a Simeone, a quien no le tembló el pulso para meter
a Raúl García en lugar de Diego Costa con media hora por delante.

Sin apenas ocasiones

En otro momento habrían llovido pitos desde la tribuna, pero no ahora. También se hubiera
abucheado a unos futbolistas sin apenas recursos para llevar peligro a los palos de Kozácik.
Incluido Adrián, que quedó como principal referencia arriba, bien para culminar o bien para
abrir espacios al llegador navarro. Medidas desesperadas para cambiar la dinámica.

De alguna manera debía activarse el Atlético, presa de la precipitación con el avance de los
minutos. Sin ocasiones dignas de tal nombre, eso sí, salvo dos de Raúl García. Con el
urgente recurso del pelotazo ante un rival aseadito sin más. No hizo cambios el Viktoria,
salvo para perder tiempo. Con exquisita colocación, ideas claras y
mucha sensatez, llevó a Simeone a un callejón sin salida. Negados
los espacios, sin transiciones, todo apuntaba al 0-0.

Los checos habían sabido imponer su fortaleza defensiva. E incluso, guiado por Darida, se
animaron poco a poco en territorio enemigo. Un error de Emre casi lo aprovecha Procházka,
autor también de un espléndido libre directo en el minuto 56 detectado por Asenjo. Fue el
Viktoria un buen equipo y quizá no mereció perder. Lo controló todo, salvo el concluyente
zurdazo final del Cebolla. Un tipo tan sobrado de coraje como su equipo de ilusión.

Miguel A. Herguedas | Madrid
05/10/2012 elmundo.es