Misión cumplida (I)

Misión cumplida (I)



El Atlético gana en Balaídos y
certifica la tercera plaza

El cuadro de Simeone piensa
en la final de la Copa
ante el irrealmandril

Diego Costa, Juanfran y Falcao
firmaron los tantos rojiblancos
ante un Celta nervioso que queda
en una situación muy complicada

Ahora sí, el Atlético, el mejor Atlético desde el doblete, cumplió la misión. Jugará la
próxima Champions por la vía directa, sin previas incómodas, y ya puede pensar en
su gran proyecto de fin de carrera: el derbi de la final de Copa. Bastante antes de lo
necesario, el grupo de Simeone certificó su tercera posición en la Liga con un triunfo
claro en Vigo (1-3) ante un Celta que quedó deprimido, muy tocado
en zona de descenso y con todo por hacer para eludir un trágico destino.

No necesitó adornos ni aspavientos el cuadro de Simeone. Ganó el Atlético por el peso
de la gravedad, con goles que cayeron porque sí, porque un equipo es hoy por hoy
mucho mejor que el otro. El primero, de Diego Costa, desempolvando el manual de
la estrategia. El segundo, un zapatazo de Juanfran desviado por un defensa que
acabó en el fondo de la red. Y, en el tramo final, inmediatamente después de que
Augusto recortara diferencias, Falcao resolvió cualquier duda con el
tercero de su equipo tras una buena acción individual. Lo demás fue
seriedad de los rojiblancos, que dejaron madurar a su oponente,
traficando con sus nervios y dejándolo caer por sí solo.

Se trajo buenas noticias el Atlético, que ha vivido las últimas semanas algo mohíno,
con el cuerpo en la Liga y la mente en la Copa. Pero no ha titubeado el equipo
rojiblanco a la hora de culminar el trabajo, a pesar de que sus últimos partidos han
sido fundamentalmente espesos. Poco queda ahora de la intensidad, del
toque arrebatado e incontestable que ha caracterizado al equipo de
Simeone hasta hace pocas semanas. El torneo se ha hecho largo,
y más cuando el objetivo está logrado con tanta antelación.

En Balaídos compareció el Atlético con una alineación atractiva, sus mejores
efectivos de medio campo adelante, y decidió recrearse en el toque, dormir el
partido ante un Celta tremendamente atenazado. La medicina de Abel no termina
de sentar bien al paciente y la 'réentrée' del sancionadísimo Iago Aspas
no parece atenuar los síntomas, a pesar de formidable
gol del empate el viernes pasado ante el Athletic.

Sin la intensidad, sello de la casa, el Atlético pierde la sal y la pimienta. Arriba no
está fresco Falcao, algo ajeno a lo que ocurre, ni Diego Costa, al que siempre le
queda la pelea. Todos los ojos miran a Adrián, con mucho fútbol, sí, pero con
dimisiones incomprensibles. En Balaídos buscó la redención, se asoció e hizo
jugar a los suyos, pero la gloria se le niega. El asturiano tuvo en sus
botas el primer tanto del partido, pero anduvo torpe en el remate
a un precioso centro de Falcao en el corazón del área.

Sin lanzar entre los tres palos pasó el Atlético la primera mitad. Y el Celta terminó
animándose. Sobrevivió bien plantado el grupo de Abel. En vista de que el Atlético
del primer tiempo era puro toque de balón sin maldad, intentó buscar las cosquillas
en la zona de Juanfran y creer en algo más que el empate. Krohn-Dehli, de fuerte
disparo, y Augusto Fernández, en acción personal, a punto estuvieron de batir a
Courtois (que superó el récord de imbatibilidad a domicilio, en poder de Abel:
680 minutos) en las mejores acciones de los locales en la primera mitad.

'Bofetada' tras el descanso

Pero no hubo debate al regreso del descanso. Sin tiempo para nada, el Atlético
convirtió en oro un córner botado por Koke que prolongó Miranda y encontró a
Diego Costa apostado en el segundo palo, con el primer gol en la cabeza. Se
descompuso el Celta, y los visitantes lanzaron contras imprecisas
que pudieron cerrar el partido en cualquier momento.

Fue un disparo de Juanfran desde más allá de la frontal, tras impacto en el cuerpo
de Roberto Lago, lo que terminó de cerrar el partido. La entrada de Arda Turan,
futbolista imprescindible en el equipo madrileño, fue el único atractivo
de la recta final. El Celta tiró de casta para restar a través de Augusto
Fernández y permitirse soñar, pero ahí apareció Falcao para
asestar el último golpe de realidad a la afición gallega.

El Celta se queda en la Liga, aún con 270 minutos de pasión para escapar de la
condena del descenso. Y de la Liga se marcha el Atlético, por mucho
que el domingo espere el Barcelona en el Calderón y luego
dos citas más. La segunda misión, aún está por cumplir.

A. Sanchidrián | 08/05/2013
elmundo.es