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LIGA DE CAMPEONES

El Oporto pone a prueba el 'rombo' de Quique

MADRID.- Quique Sánchez Flores es un entrenador joven, con experiencia importante
en el banquillo, aunque no extensa, en la elite. Tiene ideas claras, pero la más
'inflexible' de todas es que debe ser flexible y amoldar sus conceptos futbolísticos
a las necesidades de sus equipos. Lo ha demostrado en el mes y medio
que lleva como entrenador del Atlético de Madrid.



En las ultimas fechas se ha visto obligado a ordenar su equipo de una forma distinta a
la más utilizada durante su carrera como técnico, sin los dos pivotes del
centro del campo. Y le ha salido bien, pues se ha embolsado
las primeras victorias ligueras con el club madrileño.

Como a casi todos los técnicos actuales, el llamado 'doble pivote' le parece a Quique un
cinturón de seguridad imprescindible en condiciones normales. Si el Atlético, como es
casi seguro, recupera a Raúl García para el choque casero del
domingo frente al Villarreal, el 'rombo' se va a achatar.

Las alabanzas al dibujo ofensivo en el mediocampo no son improvisadas. Muchos
aficionados del Atlético pedían una solución parecida a la que se ha aplicado en las dos
últimas jornadas de Liga: un mediocentro destructivo detrás del círculo
central (Assunçao) y uno más creativo por delante (Jurado).

La lesión de Raúl García y la suspensión disciplinaria de Cléber Santana ante la visita del
Espanyol (4-0) plantó a Quique en el dilema de colocar a Ignacio Camacho, inactivo toda
la temporada, junto a Assunçao o jugársela con Jurado por delante y no en los lados,
como en anteriores partidos. Eligió la segunda opción y... ¡Bingo!.
El sábado pasado, en Jerez, repitió planteamiento y éxito (0-2).

Cohesión con o sin 'rombo'

Este martes, ante el Oporto, en un partido que permite cierto margen de experimentación
a pesar de que el Atlético se está jugando su clasificación para la Europa League,
el entrenador del Atlético puede seguir dibujando el 'rombo',
aunque la talla del rival le planteará más dudas.



Lo que no variará es la división del terreno que ha impuesto a sus jugadores y que ha
permitido una regularidad defensiva desconocida en los últimos tiempos,
con dos encuentros seguidos sin recibir un gol.

Quique ha parcelado el rectángulo de juego y le ha otorgado a cada uno una responsabilidad
en unas dimensiones concretas de ese campo. El mecanismo funciona y
cohesiona un grupo que acusaba un empacho táctico monumental.

Un jugador como Juan Valera, inédito y cuya valía para el Atlético está en duda
permanentemente, puede así pasar a ser titular por sorpresa sin que el
equipo se desangre por ese costado. Al menos, ante el Xerez.

Con 11 futbolistas más juntos y con responsabilidades más concretas, el Atlético de Quique
puede mirar hacia adelante con un estímulo y una visión del horizonte medianamente
optimistas. Sin alardes ni juego memorable y, seguramente, con la
contención como ingrediente básico para cocinar el resultado.

F. LLAMAS 07/12/2009