23ª Jor. Liga 2009/10 Almeria 1-0 ATLETI.-Lo justo no es suficiente para el Atlético

Lo justo no es suficiente para el Atlético

* Un gol de Piatti en la recta final premia
la fe de los locales (1-0)



Habrá que concluir que el trabajo de Quique Flores en el Atlético es visible
en partidos como el del Barcelona, también, por qué no, en el del Galatasaray
(por mucho que el resultado fuera malo). Pero, al margen de ese, hay un trabajo
más profundo, testable en tardes como la de Almería, muy parecida
a la de hace 15 días en Santander, en el partido de Liga.

Existe un Atlético muy poco vistoso, pero muy del gusto de su entrenador, de
los entrenadores en general. Un Atlético de lo más estructurado, con movimientos
rítmicos y acompasados, muy junto para subir y para bajar, algo tieso en el último
tercio del campo pero bastante recio en el primero, el que más cerca está de su
portero. Es así que en Almería hizo las cosas razonablemente bien, tuvo ocasiones
–sobre todo en la segunda parte– para haberse puesto por delante,
pero terminó dejándose los puntos y el intento de remontada
a la que el grupo de Lillo enganchó una de las suyas.

Porque vaya una cosa por delante. El grupo andaluz también acumuló créditos para
llevarse los puntos, bajo unas premisas muy similares a las de su oponente.
Dispuso de tres o cuatro opciones claras ante Asenjo, que por eso, y por otras cosas,
devino en uno de los grandes protagonistas del partido. La lesión de David De Gea
parece que tiene fecha de caducidad –podría estar el jueves en Turquía– de modo
que el fichaje más caro del verano para los rojiblancos era consciente, cuando salió
al campo, que lo hiciera bien o lo hiciera mal su lugar en los próximos días sería de
nuevo el banquillo. En esas circunstancias tiene mérito exhibir la concentración y la
intensidad que se le vio, porque lo otro, los reflejos y la colocación, nunca
se le puso en duda, ni siquiera en los peores momentos de la temporada.

Fueron suyas las manos para salvar las opciones de Goitom, Piatti y Soriano,
entregado el Almería como estaba a la velocidad de Crusat para soltar el latigazo a
nada que el Atlético perdía la pelota. El guardameta estuvo bien, seguro, sin
estridencias, y por ahí encontró una buena nueva Quique, al que una protesta un
poco extraña, por cierto, terminó enviándolo a la ducha antes de tiempo.

Asentado sobre esa seguridad de Asenjo, la línea defensiva rojiblanca sigue
creciendo. Perfectamente coordinados Perea y Domínguez, conceden muy poco
al rival, que se las debe ingeniara para superar la velocidad del colombiano en
largo y la colocación del canterano en los balones interiores. Colabora lo suyo
Assunçao, al que si pudieran evitarle el suplicio de tener que jugar con el balón
lo agradecería. Tiago es quien debe hacer eso, y de hecho es quien lo hace.
En Almería volvió a resolver casi todos los entuertos en la transición e incluso
se le vio descolgarse hasta la frontal para enviar un fuerte disparo al larguero.



Como quiera que apostó Quique por el descanso de Agüero, apenas jugó
10 minutos, y como quiera también que Jurado no desequilibra absolutamente nada,
la resolución quedó en manos de Forlán, afanado también en ser la primera línea
de obstrucción para el Almería. La tuvo también en la segunda parte, cuando recibió
un balón de Tiago y salvó la salida del portero. Su tiro, sin embargo, lo sacó Chico
debajo justo de la línea de gol. Fue creyendo en su propuesta, en esta nueva y
sólida propuesta, el Atlético durante la segunda parte, donde sí fue definitivamente
mejor y dispuso de opciones de sobra para haber ganado.

Ocurre que eso, una carita aseada, no le es suficiente a quien tiene tantos puntos
de desventaja con su objetivo. Al Atlético hay que pedirle algo más, pues su
clasificación no admite sumar de uno en uno. Necesita de tres en tres, y además
sin parones, porque de lo contrario dentro de un mes ya no tendrá nada por lo
que luchar, y eso es algo muy triste para quien aspiraba a entrar entre las cuatro
primeras. En el horizonte hay una final de Copa, es cierto, y al final hasta ha
terminado ilusionando algo tan lejano como la Europa League –de otro modo no
se entiende la suplencia de Agüero–, pero en la competición de la regularidad
cabe esperar más ambición en un equipo que estuvo a punto
de meterse en un lío con su arranque de temporada.
El descenso está a siete puntos, y no es cuestión de tontear.

E. J. Castelao 21/02/2010