Editoriales y Memoria,Rubén Uría
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Editoriales y Memoria,Rubén Uría
Editoriales y Memoria,Rubén Uría
Todo pecho, Enrique Cerezo llevó a cabo su tradicional posado periodístico anual -
aunque no en bikini como Ana Obregón- y repasó la actualidad colchonera desde su peculiar
visión de los acontecimientos. Su tarjeta de presentación fue que "Cristiano no tiene sitio en
el Atleti" y que, ahora sí, se ve capacitado para mirar por el retrovisor. Paradojas de la vida y
hemeroteca al canto, el todavía presidente del Atlético dio más juego en su entrevista-posado
hace exactamente un año. Por aquellas fechas, EC pronunció aquello de: "¿El Atleti campeón
de Liga? Cosas peores se han visto...". Ahí tuvo toda la razón del mundo. Con él se vieron
cosas mucho peores: Hacerse con el control de un club sin poner ni un solo euro, como probó
el Tribunal Supremo, por ejemplo. O pretender seguir dirigiendo un club de fútbol a pesar de
haber sido condenado y salirse con la suya por la inacción del prójimo, por ejemplo. O convertir
al Atleti en una cosa de dos y no de todos, mientras que a él le vendía unas acciones del club
a un precio irrisorio, mientras que al resto de socios se las vendían con unos precios prohibitivos,
por ejemplo. O ser responsable de una gestión donde el club tiene levantadas actas millonarias
en Hacienda, donde que en vez de pagar con activo inmovilizado, se ofrece como
garantía ceder el 50% de los derechos federativos de los jugadores, por ejemplo.
Un año más, el caso es que EC se explayó y el medio en cuestión publicó un editorial titulado
"Con Cerezo, el Atlético aspira a todo". Según el diario deportivo, ahora el Atlético "puede
presumir de contar con una afición ejemplar pero también de tener un presidente que piensa
exclusivamente en el bien del club". Nada más lejos de la realidad. Porque esa afición ejemplar,
que puede presumir de pagar el abono año sí y año también, tiene constancia de que la idea del
bien del club que tiene Cerezo poco o nada tiene que ver con el estado de bienestar de las
finanzas del Atlético. Don Enrique no debió pensar en el bien del club cuando fue cooperador
necesario de Gil en un delito de apropiación indebida, hoy prescrito. Ni cuando puso cara de
empate a cero cuando se le inquirió que las cuentas del ATM reflejaban un pasivo exigible de
más de 500 millones de euros. Ni cuando la afición leyó que el club amasa unas pérdidas anuales
que según el estudio del profesor José María Gay Liébana, las más altas de la Liga BBVA.
Y tampoco pensó en el bien del club cuando no fue capaz de persuadir al Consejero Delegado
de que, en tiempos de crisis, no parecía buena idea que se publicara que percibía un sueldo anual
de 1.200.000 euros, hoy rebajados a "sólo" 900.000 brutos.
Todo sea por el bien del club. Perdón, del "Cluz".
Parapetado en un magnífico entrenador, Quique Sánchez Flores, Cerezo ve con entusiasmo cómo
dos títulos bastan para que la prensa Lewinsky le lave los pies con agua de rosas. Al aún presidente
el "Marca" le da un beso en la boca con su editorial. Con una afición casi anestesiada y ahora
elevada a los cielos, el Gilifato ha puesto punto y seguido a su mandato, consciente de que la
actual cortina de humo, apoyada por una buena cobertura mediática, le permitirá salir otra vez indemne
de tanta tropelía. Los ilegítimos dueños del Atlético han encontrado, nada nuevo bajo el sol, una balsa
de aceite para seguir perpetrando el genocidio del tercer equipo de España. El Atlético ha ganado
dos títulos continentales, pero el motivo de la alegría se ha redoblado por la mala memoria de los
propios hinchas del Atlético, que ya no recuerdan que lo único que ha hecho el equipo es cumplir con
su obligación que es ganar títulos, tal y como exige la grandeza de su historia. Cuando el Atlético
perdía, muchos aficionados gritaban al palco y pedían su marcha. Hoy, cuando gana, esa legítima
reclamación empieza a quedarse sin voz, afónica por dos títulos. Allá la afición con su conciencia.
La prensa, por desgracia, sigue sin abandonar su papel de cómplice. Quizá porque para ellos,
delincuencia prescrita es igual a inocencia. Con la coartada perfecta - dos títulos (sic)-, no falta quien
hace el caldo gordo a los Giles y Cerezos con editoriales que son un insulto a la inteligencia de los
atléticos. "Marca" titula su editorial diciendo "Con Cerezo, el Atlético aspira a todo". Cada uno tiene la
opinión que quiere, pero habría sido más ajustado a la realidad que el título hubiera sido "El Atlético
aspira a todo, a pesar de Cerezo". La mala noticia para Cerezo y compañía es que aún hay quien
conserva la memoria histórica de lo que pasó en el Atlético de Madrid. Nada personal tengo contra
el señor Cerezo, ni contra Gil Marín. Pero esa memoria histórica, la tape quien la tape y la silencie
quien la silencie, es la que es. Y la realidad es que Gil padre y Cerezo se hicieron con el control del
Atlético de Madrid sin haber puesto un euro, mientras que el resto de accionistas sí lo puso.
Y eso no hay Europa League, ni Supercopa, ni editoriales que lo tapen.
No es triste la verdad. Lo que no tiene, es remedio.
Rubén Uría / Eurosport
03/09/2010
Posdata: Habrá algún lector que pase "olímpicamente" de este tema. Perfecto. Habrá algún lector
que diga que soy anti-atlético. Perfecto. Habrá algún lector del Atlético que me tache de madridista.
Perfecto. Habrá algún hincha del Atlético que pensará que la gestión de Cerezo y Gil Marín es
modélica. Perfecto. Y por haber, incluso habrá lectores del Atlético que piensen que es una pena
que este tipo de artículos deberían tener más repercusión en medios más "importantes".
A estos últimos, si existen, sólo les pido un favor: Que dejen aquí su opinión sobre
el Atlético de Madrid y sus ilegítimos dueños. Todo suma. A todos, gracias.
http://es.eurosport.yahoo.com/futbol/ruben-uria/article/13972/
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Todo pecho, Enrique Cerezo llevó a cabo su tradicional posado periodístico anual -
aunque no en bikini como Ana Obregón- y repasó la actualidad colchonera desde su peculiar
visión de los acontecimientos. Su tarjeta de presentación fue que "Cristiano no tiene sitio en
el Atleti" y que, ahora sí, se ve capacitado para mirar por el retrovisor. Paradojas de la vida y
hemeroteca al canto, el todavía presidente del Atlético dio más juego en su entrevista-posado
hace exactamente un año. Por aquellas fechas, EC pronunció aquello de: "¿El Atleti campeón
de Liga? Cosas peores se han visto...". Ahí tuvo toda la razón del mundo. Con él se vieron
cosas mucho peores: Hacerse con el control de un club sin poner ni un solo euro, como probó
el Tribunal Supremo, por ejemplo. O pretender seguir dirigiendo un club de fútbol a pesar de
haber sido condenado y salirse con la suya por la inacción del prójimo, por ejemplo. O convertir
al Atleti en una cosa de dos y no de todos, mientras que a él le vendía unas acciones del club
a un precio irrisorio, mientras que al resto de socios se las vendían con unos precios prohibitivos,
por ejemplo. O ser responsable de una gestión donde el club tiene levantadas actas millonarias
en Hacienda, donde que en vez de pagar con activo inmovilizado, se ofrece como
garantía ceder el 50% de los derechos federativos de los jugadores, por ejemplo.
Un año más, el caso es que EC se explayó y el medio en cuestión publicó un editorial titulado
"Con Cerezo, el Atlético aspira a todo". Según el diario deportivo, ahora el Atlético "puede
presumir de contar con una afición ejemplar pero también de tener un presidente que piensa
exclusivamente en el bien del club". Nada más lejos de la realidad. Porque esa afición ejemplar,
que puede presumir de pagar el abono año sí y año también, tiene constancia de que la idea del
bien del club que tiene Cerezo poco o nada tiene que ver con el estado de bienestar de las
finanzas del Atlético. Don Enrique no debió pensar en el bien del club cuando fue cooperador
necesario de Gil en un delito de apropiación indebida, hoy prescrito. Ni cuando puso cara de
empate a cero cuando se le inquirió que las cuentas del ATM reflejaban un pasivo exigible de
más de 500 millones de euros. Ni cuando la afición leyó que el club amasa unas pérdidas anuales
que según el estudio del profesor José María Gay Liébana, las más altas de la Liga BBVA.
Y tampoco pensó en el bien del club cuando no fue capaz de persuadir al Consejero Delegado
de que, en tiempos de crisis, no parecía buena idea que se publicara que percibía un sueldo anual
de 1.200.000 euros, hoy rebajados a "sólo" 900.000 brutos.
Todo sea por el bien del club. Perdón, del "Cluz".
Parapetado en un magnífico entrenador, Quique Sánchez Flores, Cerezo ve con entusiasmo cómo
dos títulos bastan para que la prensa Lewinsky le lave los pies con agua de rosas. Al aún presidente
el "Marca" le da un beso en la boca con su editorial. Con una afición casi anestesiada y ahora
elevada a los cielos, el Gilifato ha puesto punto y seguido a su mandato, consciente de que la
actual cortina de humo, apoyada por una buena cobertura mediática, le permitirá salir otra vez indemne
de tanta tropelía. Los ilegítimos dueños del Atlético han encontrado, nada nuevo bajo el sol, una balsa
de aceite para seguir perpetrando el genocidio del tercer equipo de España. El Atlético ha ganado
dos títulos continentales, pero el motivo de la alegría se ha redoblado por la mala memoria de los
propios hinchas del Atlético, que ya no recuerdan que lo único que ha hecho el equipo es cumplir con
su obligación que es ganar títulos, tal y como exige la grandeza de su historia. Cuando el Atlético
perdía, muchos aficionados gritaban al palco y pedían su marcha. Hoy, cuando gana, esa legítima
reclamación empieza a quedarse sin voz, afónica por dos títulos. Allá la afición con su conciencia.
La prensa, por desgracia, sigue sin abandonar su papel de cómplice. Quizá porque para ellos,
delincuencia prescrita es igual a inocencia. Con la coartada perfecta - dos títulos (sic)-, no falta quien
hace el caldo gordo a los Giles y Cerezos con editoriales que son un insulto a la inteligencia de los
atléticos. "Marca" titula su editorial diciendo "Con Cerezo, el Atlético aspira a todo". Cada uno tiene la
opinión que quiere, pero habría sido más ajustado a la realidad que el título hubiera sido "El Atlético
aspira a todo, a pesar de Cerezo". La mala noticia para Cerezo y compañía es que aún hay quien
conserva la memoria histórica de lo que pasó en el Atlético de Madrid. Nada personal tengo contra
el señor Cerezo, ni contra Gil Marín. Pero esa memoria histórica, la tape quien la tape y la silencie
quien la silencie, es la que es. Y la realidad es que Gil padre y Cerezo se hicieron con el control del
Atlético de Madrid sin haber puesto un euro, mientras que el resto de accionistas sí lo puso.
Y eso no hay Europa League, ni Supercopa, ni editoriales que lo tapen.
No es triste la verdad. Lo que no tiene, es remedio.
Rubén Uría / Eurosport
03/09/2010
Posdata: Habrá algún lector que pase "olímpicamente" de este tema. Perfecto. Habrá algún lector
que diga que soy anti-atlético. Perfecto. Habrá algún lector del Atlético que me tache de madridista.
Perfecto. Habrá algún hincha del Atlético que pensará que la gestión de Cerezo y Gil Marín es
modélica. Perfecto. Y por haber, incluso habrá lectores del Atlético que piensen que es una pena
que este tipo de artículos deberían tener más repercusión en medios más "importantes".
A estos últimos, si existen, sólo les pido un favor: Que dejen aquí su opinión sobre
el Atlético de Madrid y sus ilegítimos dueños. Todo suma. A todos, gracias.
http://es.eurosport.yahoo.com/futbol/ruben-uria/article/13972/
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