El Atlético sobrevive a los líos

El Atlético sobrevive a los líos



* Los errores de Muñiz revolucionan un
partido controlado por los de Quique

* Buena actuación de Filipe Luis y Diego Costa,
autor del único gol de la noche

La cosa se complicó como sólo se puede complicar en el Calderón. Un árbitro llamado Muñiz
Fernández la pifió al señalar cesión de Tiago, en la siguiente expulsó a Reyes, luego amonestó
a Agüero en el banquillo y todo saltó por los aires en un partido que hasta entonces no pasaba
de anodino. Ganó el Atlético (1-0) pese a jugar media hora en inferioridad, con dos menos tras
la lesión de Godín. Quizá sólo lo podría haber hecho ante un rival como
el Zaragoza, incapaz de aprovechar el evidente bajón rojiblanco.

El calendario, cruel hasta ahora, dio un respiro al Atlético con la visita del colista, un ideal campo de
pruebas para los meritorios de Quique. Debutó con éxito Filipe Luis en el lateral izquierdo y
Diego Costa relevó a Agüero con el único gol de la noche. Nada del otro mundo, aunque demasiado
para un Zaragoza descorazonador, donde sólo Ander Herrera dejó algún ramalazo de clase.

Esta temporada, el Atlético ha crecido varios palmos hasta mirar casi a los ojos a los dos grandes.
En cualquier caso, ni siquiera ante un rival tan malo supo solventar el compromiso sin fatigas ni
desazones. Fútbol justito antes del descanso, lejos de la fulgurante demostración ante el Sporting.
Y modorra posterior, que pudo costar dos puntos. El Atlético
perdió el hilo y Muñiz se quedó como único protagonista.



Hasta que llegaron los líos, la gente se aburrió bastante. De hecho, no pasó nada hasta el cuarto de
hora, cuando se animó Filipe Luis con un cachetazo de zurdas, levemente cruzado. Un buen despertador
para el Calderón, que vibró cuatro minutos después, con la primera (y única) aparición de Forlán, otra
carrera de Filipe y el pase exacto para Diego Costa, que ya lo necesitaba el chaval. Así plasmó su
dominio el Atlético, nunca exigido por el rival, feliz cada vez que Reyes encaraba a Obradovic
por la derecha. Casi un monólogo en el Manzanares, sin noticias del Zaragoza.

Lesiones de Franco y Godín

Gay apostó de nuevo por Marco Pérez solo en punta, con Lafita por la izquierda y el defensa Ponzio por
el otro lado. Desde atrás, llegaba Ander Herrera, un gran futbolista perdido entre tanta mediocridad. Y es
que sin el balón, todo es más difícil. De Gea tocó por primera vez la pelota en el minuto 29, para blocar
un envío de Ponzio. El partido se inclinaba hacia el otro área, la abandonada por el lesionado Leo Franco.



Se marchó ovacionado el portero y compareció Doblas, a quien no le faltó trabajo. Sobre todo con la
segunda llegada de Costa, por el perfil derecho, con un remate a las piernas del portero. Nada hacía
pensar por entonces en sorpresas, porque su Atleti parecía competente, sin dispendios, pero sobrado.
Nadie podía pensar lo que vendría tras la pausa.

El Zaragoza renunció a un mediocentro para dar entrada a Sinama, otro viejo conocido por Pirámides.
El cambio no revolucionó el panorama. Fue el propio Atlético quien se encargó de poner todo patas arriba
con su abulia. Los fallos de Muñiz hicieron el resto. Y la victoria se vio de repente en compromiso. De Gea
sacó un buen zurdazo de Gabi, la mejor opción visitante. Lafita y Marco Pérez, horrorosos, se encargaron
de desperdiciar cualquier opción. Se lastimó Godín en la rodilla, aunque
ni por esas. Al Atlético no le quedaba otra que conservar el resultado.

M. A. Herguedas | Madrid 26/09/2010
elmundo.es

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