Un Atlético caprichoso

Un Atlético caprichoso



Los rojiblancos siguen la estela del Barcelona
tras vencer en Valladolid (0-2) gracias a
dos goles de Raúl García y Diego Costa

El Atlético exhibió a los escépticos una razón más de por qué es merecedor de mirar
de tú a tú al Barcelona. Este equipo cuando aprieta te mata y el Valladolid fue el último
en comprobarlo al perder en casa frente a los rojiblancos (0-2). Simeone decidió dar
la alternativa a Manquillo y Raúl García en el once titular en su poltica de
rotaciones y éstos no defraudaron. Todos suman y lo que queda
claro es que el orden de los factores no altera el producto.

La frialdad del inicio sólo la rompió Gabi con un disparo lejano en el minuto cuatro.
Acusando el esfuerzo del partido de Champions, los rojiblancos empezaron muy
tímidos y el Valladolid se apropió de la pelota rápidamente. El conjunto de JIM era
sabedor de la importancia de imprimir, como mínimo, la misma agresividad
de la que suele hacer gala el cuadro de Simeone. Y así lo hizo.

Los vallisoletanos achucharon en los primeros minutos llevando el peso del partido
ante la falta de ideas de los madrileños. El Atlético no podía asociarse con precisión.
Koke, Raúl García y Gabi no estaban finos con el balón y los de arriba hacían las
veces de islote. Diego Costa ofrecía la movilidad y lucha a la que acostumbra, pero
no obtenía premio. Por su parte, el Valladolid manejaba el balón con rigor, aunque
sin profundidad, con un cuadro rojiblanco encomendado a la defensa.

Y es que hasta la media hora de encuentro no se desperezó el choque. A partir de
ahí, ambos equipos comenzaron a pisar el área rival con peligro. Primero fue Omar
con un buen disparo a la media vuelta que no cogió portería por poco. Sin embargo,
la ocasión más clara fue a cargo del Atlético cuando Rueda estuvo a punto de
'traicionar' a su equipo con un cabezazo involuntario que se estrelló en su propio
larguero. Fue otra muestra del abanico de recursos del Atlético, que cuando
las cosas no carburan recurre al balón parado con Koke como tirador oficial.

Monólogo atlético tras el descanso

Tras el descanso, el Atlético cambió su hoja de ruta para empezar el monólogo con
el que anuló a los pucelanos durante los siguientes 45 minutos. El Atlético dio el
primer susto a balón parado a los diez minutos de la reanudación con
un cabezazo potente de Raúl García que Mariño resolvió con maestría.

Pero los de Simeone ya habían dado un paso adelante y eso se suele traducir en
malos augurios para el rival. Unos malos augurios que se hicieron realidad en la
siguiente jugada con un balón de seda que Koke sirvió a Raúl
García para que éste batiera con la testa al meta vallisoletano.

Con todo, el Valladolid se desesperó ante la crueldad atlética, que coincidió con
la entrada al campo de Arda Turan. El turco, que sustituyó a un desaparecido Villa,
se lo pasó en grande por el costado derecho con sus constantes
fechorías. Los siguientes minutos sirvieron para que los
madrileños engrosasen su casillero de ocasiones.

Al Valladolid le temblaba el pulso y Mariño se encargó de alimentar este nerviosismo
con un regalo a Diego Costa que el brasileño estrelló en el pie izquierdo del meta.
Los pucelanos aguantaron como pudieron los envites atléticos hasta
que Koke asistió a Costa con un toque sutil para que
éste resolviese el partido con un disparo cruzado.

En los últimos minutos, el Valladolid despertó del sueño profundo en el que estaba
para dar un par de sustos, pero el Atlético no perdió la concentración y prolongó la
agonía de los pucelanos. Una victoria que deja claro la amenaza de un
Atlético que en cuanto pisa el acelerador resulta casi imparable.

P. García-Denche Díez | Madrid
22/09/2013 elmundo.es