Viaje al fondo del pozo.

EL ATLÉTICO DE MADRID, CON LA MITAD DE PUNTOS
QUE EN LA TEMPORADA DEL DESCENSO

Viaje al fondo del pozo

* Sólo en la temporada 1953-54 el Atlético tuvo
peores números que hoy en la 11ª fecha

* Terminó aquella campaña en la mitad de la tabla
gracias a los goles de Escudero

* Quique Sánchez Flores no ha resuelto problemas
que van más allá del campo de juego

MADRID.- Una ola con rumor de catástrofe ronda la circunvalación M-30 a la
altura del estadio Vicente Calderón, zona proclive a grandes desgracias.
Reposadas las iras por un penalti a última hora que certificó en Riazor la sexta
derrota en 11 partidos, la quinta en seis visitas, la atención se centra en el
juego improductivo de los madrileños y en la clasificación,
que advierte sin dobleces del riesgo de naufragio.



El Atlético ocupa puesto de descenso por octava vez esta temporada, lo que
se traduce en que sólo ha vivido tres jornadas fuera de ellos. Los siete puntos
conquistados son exactamente la mitad de los que había conseguido a esas
alturas en la temporada de su última relegación a Segunda División.

Entonces, temporada 1999-00, viajaba undécimo, había obtenido tres victorias
y una de ellas en el Santiago Bernabéu, uno de los objetivos anuales
permanentes del Atlético de Madrid, que desde entonces no ha vuelto a
saborear el triunfo liguero frente a los blancos de Chamartín. La plantilla,
compuesta por grandes nombres, bajó su rendimiento y se agarró a
los goles de Jimmy Hasselbaink como única tabla de salvación.
El inglés marcó 24, pero la nave se hundió.

La crisis otoñal del 53

Hay una estadística histórica del Atlético que empeora sus actuales datos en
la undécima jornada. En la campaña 1953-54, vagaba con cuatro puntos
(hoy serían cinco, porque entonces la victoria sumaba sólo dos) con el
agravante de que la Liga era de 30 partidos y por tanto había consumido más
de un tercio del campeonato. Al final, el equipo del Metropolitano acabó
noveno de 16 participantes, agarrado a los goles de Adrián Escudero (16)
y a la aportación intermitente de Ben Barek.

El actual Atlético de Madrid, con limitaciones tan conocidas (mediocentro
creativo, laterales eficaces, reservas de garantías) como dejadas sin
subsanar a propósito, cuenta con que Forlán, Agüero y, en menor medida,
Simao y Maxi volverán a tirar del carro y a dejar al equipo entre el sexto y
el cuarto puesto. Esa era la idea de Quique Sánchez Flores:
octavos al final de la jornada 19 (primera vuelta) y reconquista
en la segunda mitad de la competición.

Quique no supera los números de Abel

Sin embargo, el dato más preocupante de la actualidad rojiblanca es la falta
de reacción tras el cambio de entrenador. Quique Sánchez Flores,
dialécticamente impecable, no ha mejorado las estadísticas de su antecesor,
el parco Abel Resino. Tres derrotas de tres partidos en la Liga no empujan
al optimismo, pero aún menos que los síntomas de recuperación anímica y
futbolística enseñados en algunas fases (en San Mamés,
frente al Chelsea en Madrid) se hayan vaporizado en Riazor.



Toca reconstruir la moral, de nuevo hecha añicos. Y suturar probables
heridas como la de no alinear un solo minuto a Diego Forlán en A Coruña
después de obligarle a viajar con el equipo nada más regresar de Montevideo
tras la fiesta de la clasificación uruguaya para el Mundial 2010.

Darle otro color al juego obtuso, a la inconsistencia defensiva y la sequía
ofensiva será también imprescindible para darle al aficionado atlético nuevos
motivos para desplazarse al estadio. Y lo más difícil, por la planificación
deportiva a golpe de bandazos (ahora resulta que la salvación será la cantera)
y la gestión de los últimos tiempos.

Triunfos incomprensibles

Generalmente, si las cosas se hacen mal no salen bien, aunque la escucha y
la lectura de los alegatos de los dirigentes del Atlético de Madrid obliguen a
convencerese de que ese club sigue alejado de su altura
histórica por razones completamente ajenas a la gestión
de la familia Gil y su parapeto mediático, Enrique Cerezo.



Así las cosas, los triunfos del Atlético de hoy sólo se celebran en los despachos
de los propietarios, los únicos que los entienden: transición a La Peineta,
acuerdos comerciales y deportivos 'en chino' con el importantísimo club
Shanghai Shenhua y demás éxitos incomprensibles para
el vulgar aficionado de abono, almohadilla y 'pay per view'.

F.LLAMAS 23/11/2009


______________________________________________________________