España 2-0 Honduras

2-0 ante Honduras con dos tantos de Villa
Un paseo para recuperar fuerzas

El conjunto de Vicente del Bosque, muy superior,
desperdició numerosas ocasiones de gol

Una victoria ante Chile el viernes
asegura el pase a octavos

Ante una operación a vida o muerte en el Mundial, España recuperó su tarjeta verde
para seguir recorriendo Sudáfrica con todo en regla. Y lo hizo sobradísima de todo
menos de puntería. Porque definitivamente, no hay otra que ataque tanto como ella,
insaciable. Su comodísima victoria frente a Honduras le permite manejar de nuevo
la dirección de la primera parte del espectáculo, así que si el próximo
viernes hace lo que tiene que hacer frente a Chile, colorín colorado
primera de grupo se habrá quedado.



Y desde ahí hasta donde le aguante el pulso de ganador con el que sí salió desde
el primer instante y hasta el final. Estar leyendo ahora mismo una crónica acerca
este marcador tiene un punto de mal gusto, y se hace muy cuesta arriba relatar la
historia de una goleada de escándalo que no existió. Que España se fuera al
descanso sólo con el golazo de Villa fue una jugarreta de un juego que en este
torneo le está quitando más que dando a un equipo muy por encima de lo que dicen
los números. Que acabara el partido 2-0 es sencillamente un chsite de muy mal gusto.

Un vendaval de los buenos se zampó a los hondureños desde el hola hasta el adiós.
Fueron hombres contra niños. Los cambios introducidos por Del Bosque, con Navas
y Torres sumados al ataque, aportaron al equipo si no más soluciones individuales
sí ese aspecto de misión, de tener un plan claro, el que decía que aquí estoy yo y
te voy a comer a bocados te pongas como te pongas. La inagotable ristra de ocasiones
que fueron sumando unos y otros hasta el gol de Villa llegaron a propiciar ansiedad
a todo el mundo menos a los propios chicos de Del Bosque. ¡Pim!, ¡pam!, ¡plas!, ¡pum!...



A Honduras le caían por todas partes. Su puesta en escena recordaba permanentemente
a la que dio Suiza; más plástica eso sí, pero para no hacer nada de nada con más gracia.
Antes de esa pequeña obra de arte que fue el 1-0 de Villa, el árbitro pudo haber señalado
perfectamente dos penaltis a España. El primero, por un manotazo que impidiió una
progresión de Torres; el segundo por el emparedado que le hicieron a Sergio Ramos
Mendoza y Figueroa. En las dos otras dos en las que Torres fue protagonista, la culpa
fue suya, dos errores que recuerdan que aún está muy lejos de su mejor versión, por
más complicado parezca que ésta pueda alcanzarla alguna vez en la selección.

La segunda parte arrancó con las mismas. La velocidad de crucero que España había
adquirido se mantuvo e hizo más pequeña aún a un rival cojísimo por todas partes. El
segundo gol de Villa, un golpe seco de los suyos al borde del área, golpeó en un
defensa antes de entrar. Honduras movía la cabeza como los elefantes arrastrándose
dignos camino del cementerio. Villa tuvo el tercero, por un penalti a Navas, pero se le
fue, una metáfora perfecta de lo que fue la noche, un paseo para coger fuerzas. Cesc,
que entró por Xavi, tuvo otro gol, pero no; y Ramos, y Torres, y de
nuevo Torres... Y de nuevo Ramos, y Navas... Si hubiera salido
Del Bosque un par de minutos habría tenido la suya.



En una de esas en que a Casillas, Puyol y Piqué les interrumpieron su partida de cartas,
allí atrás dinde nunca iba nadie a verles, el último se llevó un golpetazo que le dejó la
boca perdida, y aun con esas tuvo lo de un 'crack' para crear la jugada de ataque
540 o 541 de España. En ésa, Mata ya había entrado por Torres. Entre el pequeño
zurdo y Villa pudieron hacer el cuarto, pero la cobertura seguía siendo bajísima.
Jamás olvidará Villa el partido de anoche, en el que pudo lograr lo que no
tardará mucho: superar a Raúl como máximo goleador en la
historia de la selección. Ya está a sólo cuatro (40 por 44).

C. E. Carbajosa (Enviado especial) | Johanesburgo 22/06/2010