EEUU 1-2 Ghana

Supera a EEUU en la prórroga (2-1)

Ghana destroza el sueño americano

Ghana, único equipo del continente en octavos,
se medirá en cuartos a Uruguay

Ningún conjunto africano ha alcanzado las
semifinales en la historia del torneo

Sobrevive un representante del continente, se marcha un gran equipo de fútbol. En Ghana
reside el orgullo africano, una vez que casi ni aparecieron Costa de Marfil o Camerún,
lo mismo que el anfitrión, reducido a una condición de telonero.



Tiene oficio el conjunto ghanés, bien dirigido por el serbio Rajevac, el que necesitaba para
soportar la carga del 'Séptimo de Caballería', metáfora de este Estados Unidos, que a partir
de ahora ya nunca será un conjunto al que mirar por encima del hombro. España lo aprendió
el pasado año, en la Copa Confederaciones, y ahora ya lo saben todos los demás. El país
del 'soccer' juega, y de qué forma, como uno más en la élite. No estará en los cuartos, pero
permanecerá en las batallas de verdad si conserva los buenos oficios de Bob Bradley, un
entrenador entero, que dirige y dialoga. Lo hará Ghana, conta Uruguay,
con la misión de llevar a África por primera vez a unas semifinales.

En el inicio, Ghana tomó el balón y sacó del campo a Estados Unidos, en un duelo en el que
era clave quien tomara la iniciativa, al no partir de una jerarquía establecida. Los norteamericanos
han crecido desde un formato claro y competitivo, y los africanos mantienen el nivel, con más
fuerza y potencia que destellos, a pesar de no contar con su líder, Essien,
centrocampista del Chelsea, un jugador africano con motor alemán.



Empezó Ghana rápido y directo, sin preámbulos, de una forma muy distinta a lo que había hecho
en los tres partidos anteriores de la fase de clasificación. Si había marcado sólo dos tantos en
tres partidos, más de 270 minutos, en cuatro consiguió el primero contra los norteamericanos.
Fue en una acción personal del tatuado Boateng, un portento físico que atrajo
a los defensas, se escoró a la izquierda y mató con precisión a Howard.

Los jugadores de Bradley se quedaron atónitos, sin reacción, mientras Ghana siguió con sus
transiciones rápidas, buscó las bandas a la primera y amenazó una vez tras otra al rival, que no
tuvo más remedio que recurrir a la dureza. Clark y Cherundolo vieron sendas tarjetas amarillas
y el técnico estadounidese reaccionó con reflejos para sustituir al primero. La forma de abrazarlo
y de darle explicaciones habla por sí sola del método de un magnífico técnico, que ha sabido
conjugar lo más eficaz de este juego con la mentalidad ganadora norteamericana.



Altidore, un 'tanque' conocido del fútbol español tras sus pasos por el Villarreal y Xerez, amagó
la primera vez y Edu amenazó de verdad para probar la calidad de Kingson, un portero ágil y
valiente. También Howard detuvo el disparo de Asamoah, pero su actuación
fue incomparable con la del arquero ghanés, porque el partido iba a
inclinarse de forma radical al iniciarse la segunda mitad.

Bradley pidió a sus hombres que hicieran lo que saben, que es tomar el balón e ir directos, y para
eso adelantó las líneas. Presionó a Ghana en su campo, provocó sus errores y cada robo se
convirtió en media oportunidad. Con el paso de los minutos, Estados Unidos fue un torrente,
con apenas réplicas de los africanos. Altidore, cuyo físico acabó por ser una
pesadilla para los defensas, dejó medio tanto hecho a Feilhaber,
pero Kingson, suplente en el Wigan, sacó una mano prodigiosa.



Era evidente que Ghana, sin capacidad de respuesta, no podría resistir mucho tiempo. La llegada
al área de Dempsey sólo pudo ser detenida en penalti. Donovan, desde el punto los 11 metros,
ajustó al palo sin dudar. A partir de ahí, un único equipo sobre el campo, que no estara en los
cuartos porque no supo prolongar su energía hasta la prórroga. La cerró Gyan, firme ante la
carga de su par, y resolutivo en el remate. África tiene aún en quienes fijarse.

O.Suárez | Rustenburgo 26/06/2010