El Atlético no consigue obrar el milagro

El Atlético no consigue obrar el milagro

* Los de Quique no podrán defender título al
caer eliminados en la fase de grupos

* Buena primera parte de los rojiblancos
aunque sin encontrar el premio del gol

* Los alemanes les avasallaron en la
reanudación y se adelantaron

* Fran Mérida igualó el choque y el Atlético
buscó el milagro hasta el final



Adiós a una competición que le hizo recuperar la gloria. El Atlético de Madrid necesitaba un
milagro en la última entrega de la fase de grupos para avanzar a los dieciseisavos de final de la
Europa League y no pudo obrarlo. Ni siquiera pudo cumplir la primera condición del contrato,
que pasaba por triunfar en el nevado Bay Arena de Leverkusen (1-1). Los rojiblancos lo
merecieron en la primera mitad, pero decayeron en la reanudación para terminar sumido en una
situación depresiva por la tempranera eliminación en la competición.

La baja temperatura (-1º) y la copiosa nevada condicionó sobremanera el transcurso del partido.
Las imprecisiones en los pases y las caídas de los protagonistas se convirtieron en tónica habitual.
En esas circunstancias, el Atlético comprendió pronto cuál era su rol en el partido. Con el trivote
dispuesto por Quique: Assunçao, Mario Suárez y Raúl García, sostuvo a su rival en el centro del
campo y con Forlán y especialmente Agüero, lo intimidó. A los 9 minutos, el Kun realizó su primera
maravilla de la tarde completando una gran acción personal para terminar sirviendo
en bandeja al uruguayo el gol. Escasos milímetros evitaron que
la bota de Forlán premiara la genialidad del argentino.

El Bayer Leverkusen mostró una cara desconocida durante la primera mitad. Sólo acciones
individuales de Jörgensen permitían presenciar que los rojiblancos tenían defensa, aunque De Gea
fue un mero espectador en los primeros cuarenta y cinco minutos. El Atlético por su parte controlaba
el partido cada vez mejor y su gol parecía ser cuestión de tiempo. La mayoría de
opciones nacían en las botas del mismo protagonista, Kun Agüero.
Cada vez que recibía el balón, se podían intuir los rezos alemanes.



La magnífica labor del argentino despertó también a sus compañeros. Simao, por ejemplo, se animó
al filo de la media hora con una cabalgada por su carril izquierdo. El portugués asistió a Forlán que
estrelló el balón contra el cuerpo del portero Giefer. Y cinco minutos después, en plena oleada
rojiblanca, el mismo uruguayo empalmó un balón desde la frontal del área que besó el
poste izquierdo de la portería del Leverkusen para terminar marchándose fuera.
Hasta en tres ocasiones Diego Forlán acarició el gol, pero no era su tarde.

Con los perdones del Atlético se llegó al descanso. Y mientras los jugadores rojiblancos se marchaban
al túnel de vestuarios recibieron un mazazo que pesó más de lo previsto. El Aris se adelantaba en
Salónica en pleno tiempo de descuento merced a un afortunado gol de Cesarec. La palabra milagro
empezaba a antojarse corta para definir las necesidades del conjunto madrileño.

El Atlético se desinfla tras el descanso

Digerir ese mal trago no fue tarea fácil en la reanudación. El Atlético pareció saltar sin ilusión al verde
del Bay Arena y de ello se aprovechó un renovado Bayer Leverkusen. Renovado porque Jupp Heynckes
lavó la mala cara de su equipo dando entrada al prometedor Kiessling y al joven Da Costa. La reacción
germana no se hizo esperar y el Atlético sufrió. Cada acción en la que Kiessling aparecía era un tormento
para los zagueros rojiblancos. La presencia del joven ariete alemán motivó a sus compañeros
y dos de ellos, Helmes y Bender, se multiplicaron en la segunda parte.



Precisamente fue Helmes quien a los 68 minutos enterraba aún más las opciones del Atlético. El tanto
es difícil que pueda ser más directo y eficaz. Saque largo del portero Giefer, Kiessling la peina y Helmes,
tras marcharse en velocidad de Perea, bate a De Gea en el mano a mano. Quique intentó aplicar una
dosis de energía a los suyos efectuando cambios. En apenas cinco minutos dio entrada a Diego Costa
y Fran Mérida. Y en apenas tres minutos, los rojiblancos igualaron el choque. Precisamente Fran Mérida
en el primer contacto que tenía con el balón lo ingresaba en el fondo de la
portería rival tras una acción de Sergio Agüero (minuto 71).

Veinte minutos era el tiempo de supervivencia que permitía aún soñar al Atlético. Desde Salónica
llegaban noticias de que el Rosenborg se abalanzaba sobre la portería griega y esto dio algo de aliento
a un equipo que derrochó sus últimas dosis de vitaminas en busca de la victoria. Con más corazón que
cabeza, los colchoneros cercaron el área del Leverkusen disponiendo de manifiestas ocasiones
que no terminaron en gol de milagro. Agüero o Mario Suárez pueden dar fe de ello.

Pero el Atlético sufrió también los riesgos de su apuesta y así, Kiessling y Helmes se plantaron delante
de De Gea con más facilidad de lo previsto. La labor del portero canterano, unas veces, y el desacierto
de los mismos delanteros, en otras, propiciaron que el resultado de 1-1 resultara inamovible hasta el
pitido final. El segundo tanto del Aris en Salónica fue la última losa sobre un Atlético que no podrá
defender título de la Europa League y que está obligado a lavar su mala imagen europea en casa.
La Liga y la Copa del Rey exigirán una mejor versión del conjunto madrileño.

D. Briz | Madrid 16/12/2010
elmundo.es