Al galope por un sueño

Al galope por un sueño



Elías, Agüero (2) y Munua construyen
la goleada ante el Levante

Los valencianos llegaron al descanso
con empate (1-1) gracias a un penalti

El Atlético de Madrid ganó al Levante (4-1) y cabalga a toda prisa a cinco jornadas del final
de la Liga. Los sueños sueños son y se desvanecen, es cierto. Pero mientras se sueñe y
se persigan sueños siempre podrán sucederse algunos hechos buenos. De momento, el
equipo madrileño ha conseguido que en las últimas nueve jornadas sólo haya perdido una
vez, contra el irrealmandril, lo que le ha afianzado en la Europa League 2011-12. La
ensoñación rojiblanca sigue girando en torno al premio improbable de la Champions. Y con
Diego Forlán encastrado en el banquillo, un suplente casi casi insostenible.

El Levante, visitante del Calderón, planificó un regreso tranquilo a Primera División después
de haberse trabajado a pico y pala un ascenso desde la Segunda. Llegó al estadio del
Manzanares con el orgullo de haberse asegurado -virtualmente- la permanencia y con la
quimérica ambición de un puesto europeo que el Atlético borró con una goleada un tanto
hinchada. Nada que objetar a la victoria rojiblanca, ni nada que oponer a un
club valenciano cuyo destino recorre el camino de las cuentas
claras y saneadas, sin excesos y con sensatez.

La tarde de Elías

Luis García, de formación atlética como futbolista, ha merecido todos los elogios como
entrenador. En la que fue su casa -soñó con jugar en el primer equipo a las órdenes de
Luis Aragonés- montó dos líneas muy estables de contención y descolgó a Caicedo a la
caza de un gol que por velocidad y estadísticas suele merecerse el zurdo de Guayaquil.
Las tarjetas amarillas tempranas y la lesión de Juanlu minaron su proyecto en los primeros
minutos, más aún tras encajar un gol que a los 19 minutos de partido el
Atlético sólo había merecido por intención, no por juego.



Elías Mendes, el brasileño contratado por el Atlético en enero para cubrir el espacio
abandonado por Simao, llevaba sin jugar desde el día de la última derrota, 19 de marzo, el
derbi que volvió a ser blanco. No compareció en el segundo tiempo de aquel partido y
parecía castigado por su entrenador, Quique Sánchez Flores, que sorprendió -una vez más-
alineándolo de titular. Bien es cierto que las bajas de Tiago, Reyes y Mérida obligaban a
hacer inventario de lo que quedaba en el equipo e incluso captar a un joven filial, Noguera,
que debutó en los últimos seis minutos, tras el cuarto gol de los rojiblancos.

Elías se presentó en el partido con un fastuoso lanzamiento libre directo, potente para
distancia tan corta y colocado lo justo para que Munúa ni lo intuyera. El Levante siguió con
sus líneas apretaditas atrás, sin crear peligro, y defendiéndose de las más frecuentes
aproximaciones del Atlético, especialmente dos de... Elías Mendes.

Dos penaltis, cuatro goles

Pero la desconexión intermitente que suele sufrir el Atlético creó el gol del empate, sin
embargo. Valdo le hizo un roto a Filipe Luis y Mario Suárez -que está haciéndolo francamente
bien- un penalti a Caicedo. Lanzamiento del ecuatoriano, empate inmerecido y descanso.

El Vicente Calderón no puede vivir sin el miedo a meter la pata, así que el comienzo del
segundo tiempo envalentonó al Levante y a un excelente Jefferson Montero, a quien De Gea
privó del 1-2 con una soberbia estirada. Andaba el Atlético aturdido, esperando la contra,
cuando apareció el otro de sus ángeles custodios habituales, Kun Agüero, que se inventó un
gol de acción-reacción tras el rechace defensivo a un primer tiro. Autopista hacia la victoria.



El penalti de Ballesteros a Diego Costa, reglamentario, agrandó la distancia que no estaba tan
clara sobre el césped y promocionó el décimo sexto gol del Kun en esta Liga. Y eso ya fue
definitivo, porque el Levante ya no se arrimó mucho más. Incluso no es probable
que hubiera cambiado su suerte si el árbitro hubiera marcado
un penalti por derribo de Ujfalusi a Jefferson Montero.

El festival improvisado de Elías Mendes culminó en el cuarto gol de los suyos: un lanzamiento
cerrado de córner que intentó cabecear Raúl García y dio con el balón en el
cuerpo de Munúa antes de introducirse en la portería. Según
el acta de Javier Estrada, autogol del guardameta.

F. Llamas | Madrid 24/04/2011
elmundo.es