Italia cobra su grandeza en los penaltis

Italia cobra su grandeza en los penaltis



Una Italia muy superior se medirá a Alemania
en semifinales tras eliminar a
Inglaterra en los penaltis

Pirlo, con un lanzamiento a lo Panenka, y
Buffon, que detuvo el tiro de Ashley
Cole, decisivos en la tanda

La fortuna, dama antojadiza, sonrió muchas veces a Italia sin merecerlo. Bajo
sus augurios se movió muchos años la 'azzurra', que bordó el fútbol en el
Olímpico de Kiev antes de reconciliarse con su vieja amiga. La ruleta de los
penaltis fue esta vez justa con Pirlo y Buffon, dos veteranos que tendrán otra
oportunidad el próximo jueves ante Alemania. Les aguarda la semifinal de la
Eurocopa, la misma que merecieron durante dos horas de apasionante
espectáculo ante los ingleses. La parada del portero ante Cole y el postrero
acierto de Diamanti pusieron a Inglaterra en su sitio. Es decir, camino a casa.

Fue un asedio sin fin, sobre todo en la prórroga, tan parecida a la del Mundial 2006.
El mayor esfuerzo y el más estéril para Italia, con la majestad de las grandes
ocasiones, hostigando sin remedio a un rival rendido a sus pies, con Gerrard ya
metido en el área, achicando agua porque el barco se hundía. Hasta el final quiso,
con ese cabezazo de Nocerino bien anulado por fuera de juego. Desde el recién
incorporado Maggio, cabalgando por la derecha como hace seis años lo hacía
Grosso, hasta el casi rendido Pirlo, con esos pases largos, siempre medidos,
siempre al pie. Si Balotelli insistía en estropearlo todo, con un egocentrismo
patoso, que él mismo y nadie más rindiera cuentas ante el Salvador.

Fue Italia superior de cabo a rabo, dueña de la posesión como le gusta proclamar
a Prandelli, que renunció a Motta, con molestias físicas, para dar la enésima
oportunidad a Montolivo, punta del rombo 'azzurro'. El más convincente ejercicio
desde hace tiempo para un equipo que también sabe tocar, aunque a veces
desista por misteriosas razones. Nada que ver en la noche templada
de Kiev, testigo de un convincente ejercicio de los italianos,
derrochadores de ocasiones ante Hart.

De todas las formas y colores lo intentaron durante el primer tiempo y si no se fueron
en ventaja acháquenlo a Balotelli. Puede que no haya que dar más vueltas al asunto
y aceptar así, nada más, a 'SuperMario', que no debe de estar acostumbrado a hacer
frente a Hart, su compañero en el City. Rondaba el minuto 25 cuando malogró la
primera oportunidad, facilitada por el balón exacto de Pirlo. La lentitud ante Terry en
la definición recordó a lo visto con Ramos en el debut. Poco más tarde, a servicio
de Montolivo, se le nubló el horizonte y optó por una acrobacia sin dificultad para el
portero. Por no mencionar la última, un caramelo en el área chica,
tras dejada de Cassano, perdido por encima del travesaño.

No fue la única vez que 'Talentino' se descolgaba por ahí. No precisamente, porque
en sus constantes apariciones por la mediapunta fundó Italia su peligro. Puede que
no fuera el Talentino más afinado, pero sí el más constante de esta Eurocopa. Bajo
la escolta de Montolivo, con el paraguas de Marchisio y De Rossi aún más atrás,
el '10' del Milan fue un grave incordio para Cole y Parker, tanto en
los disparos de media distancia como en la asociación.

Queda dicho que lo mereció mucho antes la 'Nazionale', tres minutos sin soltarla en
el inicio, hasta que De Rossi hizo reventar un palo con un derechazo desde la frontal.
Aviso severo para los muchachos de Hodgson, buen acicate para la reacción, abierta
por Milner desde la derecha y culminada por Johnson en el área chica, donde Buffon
siempre tiene una mano para todo. Cabalgaron un rato los ingleses, otra vez a punto
gracias al lateral del Liverpool, cuyo servicio lo desperdició Rooney en el cabezazo
en plancha. Pero sin encontrar más fluidez que en los latigazos sueltos de su
contragolpe. De poco servían la zancada de Welbeck o el intercambio de posiciones
entre Young y Milner. Aparte de fútbol, no había colmillo retorcido en los 'Tres Leones'.
Tampoco en Rooney, su emblema, correcto sin más como segundo delantero.

Desde luego, quien se empleó a fondo en cada pelea fue la 'azzurra', como si no
tuviera seis advertidos en el once. Con esa misma fruición con la que apretaba los
ojos Buffon al escuchar en el himno eso de los 'Fratelli d'Italia'. Con el mismo brío
con el que respondía su gente en un Olímpico de gala, listo desde el inicio para el
partido más igualado de las eliminatorias. Hubo de todo ahí arriba, donde incluso
asomaban camisolas amarillas y breves cánticos por Ucrania, que al fin y al cabo
pudo jugar este partido. Clamores mezclados, porque desde un fondo alentaban
con el 'C'mon England' y desde el otro se respondía con bravura, que
de alguna manera había que justificar la inferioridad numérica.

Para todo lo demás aparecía Prandelli, pendiente de cada detalle en la zona técnica,
trasladando instrucciones a Buffon, pidiendo un esfuerzo más a la vuelta del descanso.
Entonces también pudo desequilibrar su equipo. Primero con De Rossi, metido a ariete
y después, en pleno desconcierto rival, con Montolivo, también en posición propicia.
Más espuelas para la brava Italia, aferrada a la brújula de Pirlo, a la búsqueda del
desmarque de Balotelli, que ya por entonces iba preguntándose qué se había torcido
en los astros. El panorama se oscurecía cada vez más para Hodgson, a quien no le
quedó que cambiar el paso. Ruptura con Walcott y referencia
con Carroll, una torre a quien dirigir los centros.

Al otro lado, nunca conforme, también movió ficha Prandelli, buscando en Diamanti
las musas que rehuían a Cassano. Por si faltaba algo, profundidad en las
incorporaciones de Abate y llegadas hasta de Marchisio. De no ser por Terry, el
muro inglés habría caído al fin. O por Johson, salvador ante Nocerino un minuto
antes del 90. No merecía la prórroga Italia, con el susto añadido de la chilena de
Rooney. Fue la última de los 'pross', que no incordiarían más el arco rival hasta los
penaltis. Ese martirio perpetuo, el que les ha apartado de la gloria seis veces
en las últimas ocho ocasiones que se enfrentaron a ellos.
La suerte, esta vez, debía ser patrimonio exclusivo de Italia.

M. A. Herguedas | Kiev
25/06/2012 elmundo.es