"¡Manzano vete ya!"
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"¡Manzano vete ya!"
"¡Manzano vete ya!"
El Calderón insultó y provocó durante todo el partido al
consejero delegado y al técnico, que ganó al Rennes
y solo perdió los nervios al ser requerido
por la suplencia de Reyes
En una noche de cuchillos largos en la que Enrique Cerezo fue el único que salvó
el tupé, la deriva del Atlético convirtió la victoria sobre el Rennes en un plebiscito
en el que los futbolistas, el entrenador y la familia Gil salieron muy malparados.
"Nos jugamos ser primeros de grupo en la misma competición en la que este
club fue eliminado el año pasado a las primeras de cambio. Por eso, a los
aficionados les pido que se fijen en las cosas positivas, que recuerden que en
casa no somos el equipo que somos fuera... Por favor, vamos a fijarnos en algo
bonito, para que no entremos al campo como si hubiéramos matado a nadie,
¿vale?", rogó Gregorio Manzano la víspera. Sus palabras no tuvieron ningún efecto.
Los 13.000 valientes que acudieron al Calderón en una noche de espanto por el
frío y el espectáculo le dieron al todavía técnico cuatro minutos de tregua.
"¡Manzano vete ya!", se arrancó la grada después de abuchear a los jugadores
y al consejero delegado y accionista mayoritario, Miguel Ángel Gil Marín. Las
ráfagas de viento que azotaban desde del Manzanares no helaron los ánimos
de la hinchada, a la que no apaciguaron ni los goles de Falcao, Domínguez y
Arda Turan. "¡Gil, cabrón, fuera del Calderón!", corearon los espectadores como
celebración. Las críticas a la gestión del club -"¡Estoy hasta los huevos de la familia
Gil!", "¡Que se vayan / diles que se vayan / de una p... vez!"- se alternaron con
silencios en los que la tensión era palpable y con ataques frontales contra el
entrenador. "¡Sal del banquillo / Manzano sal del banquillo!", insistió a lo largo
del encuentro el Calderón al preparador, que hizo oídos sordos y se asomó en
contadísimas ocasiones a lo largo de los 90 minutos. El técnico no cambió el
semblante ni siquiera cuando un cabezazo al larguero de Mavinga al cuarto hora
desató a la afición al grito de "¡Luis Aragonés, Luis Aragonés!" mientras pedía la
cabeza de Manzano. "Se nota el runrún de la grada, pero hemos salido de
situaciones peores. La plantilla nos hemos reunido y nos hemos dicho las
cosas a la cara para que todos sepamos lo que significa
representar al Atlético", desveló Domínguez.
"Admito críticas cuando perdamos, pero que las haya cuando ganemos... Antes
que hablar de los que no han participado, me quedo con el trabajo de Asenjo,
Godín...", expresó Manzano conteniendo la voz, sin dar una nota por encima que
otra, molesto porque le volvieran a poner sobre la mesa la suplencia de Reyes.
"Una vez más el triunfo no ha tenido el premio que nos merecemos. Permítanme
que les diga que nos hemos clasificado, me parece muy ruin que me hablen de
cosas que no han pasado, como que alguien no juegue", siguió Manzano
mascando las palabras, sin querer dar mayor importancia a la cólera del Calderón.
El estadio fue un coloso en llamas donde se pasaba de la indignación a la rechifla,
como cuando el estadio jaleó con olés los intentos del plantel de mover el balón.
"¡Perea, Perea!", fue otra de las chanzas, justo antes de una pitada tremenda a
Miranda nada más saltar al campo en lugar del defensa colombiano, el foráneo
que más veces ha vestido la camiseta del Atlético, por delante de Griffa. Las
alusiones a favor de Reyes -que a la espera de si le traspasan al Galatasaray
volvió a entrar en la convocatoria para presenciar el partido recogido en el
banquillo por tercera vez consecutiva-, fueron el enésimo ejemplo
del pesar de los indignados de la grada, de donde no salió
ningún reproche hacia al presidente Cerezo.
"Desde el respeto que nos merece la afición, que quiere lo mejor para su club,
recuerdo a los atléticos que se van a casa con la clasificación europea en el
bolsillo... No tengo la sensación de haber ganado un match ball. Esperamos
seguir dando alegrías el domingo contra el Betis", se despidió Manzano.
Mientras los gestores del club le buscan sustituto, al técnico le quedan en
principio solo dos partidos a los mandos del Atlético. Los dos
en casa, frente al grupo de Pepe Mel y el miércoles en
Copa ante el Albacete. Dos penitencias.
J. MARCOS - Madrid
16/12/2011 elpais.com
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El Calderón insultó y provocó durante todo el partido al
consejero delegado y al técnico, que ganó al Rennes
y solo perdió los nervios al ser requerido
por la suplencia de Reyes
En una noche de cuchillos largos en la que Enrique Cerezo fue el único que salvó
el tupé, la deriva del Atlético convirtió la victoria sobre el Rennes en un plebiscito
en el que los futbolistas, el entrenador y la familia Gil salieron muy malparados.
"Nos jugamos ser primeros de grupo en la misma competición en la que este
club fue eliminado el año pasado a las primeras de cambio. Por eso, a los
aficionados les pido que se fijen en las cosas positivas, que recuerden que en
casa no somos el equipo que somos fuera... Por favor, vamos a fijarnos en algo
bonito, para que no entremos al campo como si hubiéramos matado a nadie,
¿vale?", rogó Gregorio Manzano la víspera. Sus palabras no tuvieron ningún efecto.
Los 13.000 valientes que acudieron al Calderón en una noche de espanto por el
frío y el espectáculo le dieron al todavía técnico cuatro minutos de tregua.
"¡Manzano vete ya!", se arrancó la grada después de abuchear a los jugadores
y al consejero delegado y accionista mayoritario, Miguel Ángel Gil Marín. Las
ráfagas de viento que azotaban desde del Manzanares no helaron los ánimos
de la hinchada, a la que no apaciguaron ni los goles de Falcao, Domínguez y
Arda Turan. "¡Gil, cabrón, fuera del Calderón!", corearon los espectadores como
celebración. Las críticas a la gestión del club -"¡Estoy hasta los huevos de la familia
Gil!", "¡Que se vayan / diles que se vayan / de una p... vez!"- se alternaron con
silencios en los que la tensión era palpable y con ataques frontales contra el
entrenador. "¡Sal del banquillo / Manzano sal del banquillo!", insistió a lo largo
del encuentro el Calderón al preparador, que hizo oídos sordos y se asomó en
contadísimas ocasiones a lo largo de los 90 minutos. El técnico no cambió el
semblante ni siquiera cuando un cabezazo al larguero de Mavinga al cuarto hora
desató a la afición al grito de "¡Luis Aragonés, Luis Aragonés!" mientras pedía la
cabeza de Manzano. "Se nota el runrún de la grada, pero hemos salido de
situaciones peores. La plantilla nos hemos reunido y nos hemos dicho las
cosas a la cara para que todos sepamos lo que significa
representar al Atlético", desveló Domínguez.
"Admito críticas cuando perdamos, pero que las haya cuando ganemos... Antes
que hablar de los que no han participado, me quedo con el trabajo de Asenjo,
Godín...", expresó Manzano conteniendo la voz, sin dar una nota por encima que
otra, molesto porque le volvieran a poner sobre la mesa la suplencia de Reyes.
"Una vez más el triunfo no ha tenido el premio que nos merecemos. Permítanme
que les diga que nos hemos clasificado, me parece muy ruin que me hablen de
cosas que no han pasado, como que alguien no juegue", siguió Manzano
mascando las palabras, sin querer dar mayor importancia a la cólera del Calderón.
El estadio fue un coloso en llamas donde se pasaba de la indignación a la rechifla,
como cuando el estadio jaleó con olés los intentos del plantel de mover el balón.
"¡Perea, Perea!", fue otra de las chanzas, justo antes de una pitada tremenda a
Miranda nada más saltar al campo en lugar del defensa colombiano, el foráneo
que más veces ha vestido la camiseta del Atlético, por delante de Griffa. Las
alusiones a favor de Reyes -que a la espera de si le traspasan al Galatasaray
volvió a entrar en la convocatoria para presenciar el partido recogido en el
banquillo por tercera vez consecutiva-, fueron el enésimo ejemplo
del pesar de los indignados de la grada, de donde no salió
ningún reproche hacia al presidente Cerezo.
"Desde el respeto que nos merece la afición, que quiere lo mejor para su club,
recuerdo a los atléticos que se van a casa con la clasificación europea en el
bolsillo... No tengo la sensación de haber ganado un match ball. Esperamos
seguir dando alegrías el domingo contra el Betis", se despidió Manzano.
Mientras los gestores del club le buscan sustituto, al técnico le quedan en
principio solo dos partidos a los mandos del Atlético. Los dos
en casa, frente al grupo de Pepe Mel y el miércoles en
Copa ante el Albacete. Dos penitencias.
J. MARCOS - Madrid
16/12/2011 elpais.com
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