Villa y el hambre

Villa y el hambre



El delantero elige el escaparate rojiblanco,
donde cobrará 8,4 millones, para
ganarse una plaza en el Mundial

Villa estará un año, con opción a otro, y con opción a un tercero, en el Atlético de
Madrid. En la sobremesa del lunes, el Barcelona y el Atlético se pusieron de acuerdo
para sacar a la luz una operación gestada en menos de una semana -todo empezó
el pasado jueves con una cena entre Miguel Ángel Gil y el jugador, además del padre
y el representante-, llamativa, la operación, por lo prolijo de los detalles en la web de
los azulgranas. No es habitual el desglose de cifras (5,1 millones a pagar en tres
plazos: 2,1, 2 y 1 si el jugador permanece ese tercer curso en el Calderón).

El fichaje llama la atención por dos motivos. 1) Por el precio, irrisorio, de un futbolista
que es campeón del mundo, de Europa, máximo goleador de la selección española y
con una carrera brillante. Tiene 31 años -en diciembre cumplirá 32-, y todavía siembra
dudas su estado tras la brutal lesión sufrida en diciembre de 2011. Pero, con todo, el
precio del traspaso es llamativo por lo bajo. Y 2) La ficha que iba a cobrar este curso
en el Barcelona, donde le quedaba un año de contrato, era de 11 millones.

Entonces, ¿por qué llega Villa al Atlético? Por el hambre y porque, en realidad, tanto
él como el Barça han aceptado perder parte de lo que es suyo. Primero el hambre,
que es lo fundamental en esta historia. Villa podía haberse marchado al extranjero
-tenía un acuerdo prácticamente cerrado con el Tottenham y había surgido una oferta de
la Fiorentina-, y haberse garantizado un salario igual al que tenía firmado en el Barça.

Sin embargo, el último gran objetivo que tiene el jugador asturiano es el Mundial 2014,
y el consejero delegado del Atlético, Miguel Ángel Gil, usó esa carta para convencerlo.
Le dijo que en el Atlético será titular indiscutible, que el equipo jugará para él y que será
más visible a los ojos del seleccionador, Vicente del Bosque. El Atlético es, al fin y al
cabo, el tercero de la pasada Liga, jugará la Champions, otro escaparate para Villa, y
supone también un trastorno menos severo a la hora de movilizar a la familia.

Después, tanto el Barça como Villa pierden. El Barça pagará este año el cuarto plazo
de amortización de su fichaje procedente del Valencia este año -10 millones- y sólo
ingresará 2,1 millones por él. Por su parte, Villa ha renunciado a ganar 11 millones de
euros y va a cobrar 8,4 en el Atlético. Esa diferencia, 2,6 millones, será mucho para
unos y poco para otros a cambio de ser la referencia de un equipo que, cree él,
le servirá como catapulta para jugar y ser titular en el Mundial de Brasil.

Es una apuesta con un riesgo comedido para el Atlético (son, en una delicada situación
económica, 10,5 millones de inversión para un año, aunque hablamos de un futbolista
contrastadísimo) y con poco riesgo para Villa (seguirá en la Liga donde ha competido
toda su vida y se garantiza tener un equipo que juegue única y exclusivamente para
que él remate con goles). De todo ello se intuye un año bueno para Villa y,
por extensión, para su nuevo equipo. Otra cosa será ya pasado el Mundial.

E. J. Castelao | Madrid
09/07/2013 elmundo.es